Enfrentando los cambios globales: anuario de políticas exteriores latinoamericanas: 1991-1992
BOLIVIA: NEGOCIANDO SU VULNERABILIDAD 131 Esta difícil circunstancia interna y los cambios en la política colombiana respecto a los extraditables, movieron al gobierno a un uso autónomo frente a las presiones norteamericanas por un tratado de extradición antidrogas, optando por úna salida intermedia. El 29 de julio emitió el decreto de arrepentimiento, que ofreció un plazo de 120 días para que los acusados de traficar con drogas se entregaran a la justicia boliviana a cambio de no ser extraditados a Estados Unidos. tps resultados fueron sorprendentemente exitosos. Casi la'totalidad de los principales acusados se puso a disposición de la ley. Esto dio un vuelcode 180grados en la lógica interdictiva antidrogas de los últimos años, puesto que la atención se concentro en los cabecillas del negocio ilícito no a través de medios represivos -policiales o militares- sino disu'asivos. El decreto de arrepentimiento lleva implícita una negociación indirecta entre el Estado y los acusados de narcotráfico respecto de su procesamiento y condena en el país. Este esfuerzo,autonomista del gobierno, sin embargo, no ha logrado disminuir las presiones norteamericanas para ,que la lucha antinarcóticosse militarice y se firme el mencionado instrumento de extradición. A pesarde sus indudables éxitos, el decreto no ha cambiado los énfasis represivos de la estrategia de lucha contra al narcotráfico. Un punto polémico adicional, que ejémplificala política de sanciones de Washington.hacia Bolivia, fue la imposibilidad del gobierno de cumplir con la erradicación de 7.000 hectáreas de cultivo de coca, dados sus precios altos a pesar de la dureza de las políticas de interdicción. En efecto, por' las dificultades de alcanzar estas metas el país dejará de pérclbiruna cuóta de 22 millones de dólares para el equilibrio de la balanza de pagos 37; Ante esta erríergenciá, el gobierrio se ve en la dura necesidad de erradicar por la fuerza los cultivos y enfrentarse con los campesinos productores de coca. Ello demuestra que el condicionamiento externo quiebra la posibilidad de avan– zar en procesos consensuádos para resolver el problema del narcotráfico en Bolivia. La manera como se ha 'internaCionalizado e~ lucha tiene elserio peligro de profundizar aúnmásnuestra vulnerabilidad ante las deCisiones de actores extrarregionales, como Estados Unidos. Las presÍ<:~nes bilaterales tienen mu– chísima más fuerza y efeCto que cualquier referencia multilateral para la negociación en materia de drogas. De. allí el es<:'iso optimismo de los resulta- 37 El encargado de prensa'de la embajada norteamericana, Bruce Warton, sostuvo que"efectivamente, Bolivia y Estados Unidos firmaron un acuerdo que hace una conexión entre la consecusión de la meta boliviana para la erradicación de una detenninada cantidad de hectáreas de coca. y la contribución para la balanza de pagos de parte de mi gobierno". El Dfa, 11 de octubre de 1991. Para 1991, la asistencia económica norteamericana no reembolsable asCiende a 132 millones de dólares; balanza de pagos 66, asistencia para el desarrollo 23, 'otros, 33 millones de dólares. . .
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