Enfrentando los cambios globales: anuario de políticas exteriores latinoamericanas: 1991-1992

BOLlVIA: NEGOCJ ANDO SU VULNERABlUDAD 129 lograda en Washington hacia su gobierno en materia antidrogas lo excedería con creces. Esta opción 11 realista" se orientó por el costo-beneficio inmediato, pero sacrificó principios de soberanía, particularmente ausentes hoy en los vÍncu– los con Estados Unidos. Con la entrega de Arce se emitieron señales que hoy pesan negativamente en esas relaciones: mostró -sin proponer soluciones adecuadas-la insolvencia de la justicia boliviana para el castigo a los narco– traficantes y, en consecuencia, que la conducta futura del gobierno en este tema sería fácilmente manipulable desde Washington dada la disposición de paz Zamora a evitar disensos, así se refieran a elementales cuestiones de autodeterminación. Lo que en un momento fue expresión del mérito bolivia– no o la búsqueda de un efecto político frente a Estados Unidos, se convirtió en un antecedente negativo para la posición negociadora posterior. De allí que en los últimos años las relaciones hayan sido de una enorme dificultad, tensionadas por la abierta imposición norteamericana y la resistencia sotto voce de Bolivia. En ese contexto adverso, la profunda corrupción policial 29 , el nombra– miento e inmediata renuncia del polémico coronel Faustino Rico Toro 30 como comandante de las Fuerzas Especiales de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN), y las denuncias periodísticas de protección al negocio ilícito por parte del ex ministro del Interior Guillermo Capobianco potenciaron este año las opciones mili taristas para enfrentar el narcotráfic0 31 • La madrugada del 3 de abril, el Congreso Nacional Extraordinario, en medio del abandono de los partidos de oposición, aprobó el ingreso de 50 asesores militares norteame– ricanos para la preparación de unidades antinarcóticos del Ejército. Las relaciones bilaterales durante 1991 se orientaron básicamente a im– plementar la guerra contra las drogas que contempla el polémico Anexo m 32 , firmado en 1990 por ambos gobiernos. Las presiones norteamericanas en esa dirección fueron públicas y rompieron con toda discreción y formalidad diplomática. Todo ello ratificó el estilo de intromisión interna del embajador Robert Gelbard 33 , y que su sucesor, Richard Bowers, parece continuar. Luego 29 Ver, Raúl Barrios Morón, "Militares, policías y la ten::era fuerza antidrogas", en Infonne ffR ", Año XI, No. 218, mayo II, 1991, pp. 4-7. 30 El coronel Faustino Rico Toro tuvo un papel importante enel gobierno dictatorial de García Meza. Pesan sobre él acusaciones sobre violación a los derechos humanos y protección al narcotnífico. Por la resistencia de la sociedad boliviana y la amenaza norteamericana de suspenderla ayuda a Bolivia, Rico Tororenunció al comando de las Fuerzas Especiales antinarcóticos, a pesar del expreso apoyo personal del presidente paz Zamora. Hoy, 5 de marzo de 1991. 31 Ver, Eduardo Gamarra, "Bolivia ante la estrategia de Estados Unidos", en Cua.rto Intcnnedw, No. 20, agosto de 1991, pp.3-31. 32 Ver, Aníba! Aguilar Goméz, "Militarización de las áreas productoras de coca", en Debate Regíonal, Coca por Desarrollo,ILDiS,CERES-Cochabamba, 1991. 33 Ver, Carlos D. Mesa, "Robert Gelbard: genio y figura...", en Presencia., 7 de julio de 1991; fI AdiósMr. Gelbard",editorial, UltimaHora, 11 de julio de 1991. Después

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=