Enfrentando los cambios globales: anuario de políticas exteriores latinoamericanas: 1991-1992
INTRODUCCION 11 en un acuerdo que para fines de 1995 debería estar operando como un mercado común, junto a Uruguay y Paraguay. Agrupaciones subregionales de más larga data, a su vez, como el Mercado Común Centroamericano, el Grupo Andino y la Comunidad del Caribe se han comprometido en crear a la brevedad zonas de libre comercio en su interior. Con características algo distintas, el Grupo de los Tres, integrado porMéxico, Colombia y Venezuela, también ha indicado su voluntad de establecer un mercado común a fines de 1994. y este fenómeno no está, ni con mucho, limitado al plano multilateral. Uno de los aspectos más novedosos de este resurgir de la integración que vimos en 1991 radica en los numerosos acuerdos bilaterales que tienden a disminuir las barreras al comercio entre países. Ello se manifestó en el Acuerdo de Complementación Económica firmado por Chile y Argentina en agosto de 1991 y otro similar suscrito por Chile y México en septiembre de ese mismo año, este último con un compromiso de llegar a una zona bilateral de libre comercio para casi todos los productos en 1996. Se ha avanzado también en dirección de acuerdos similares entre Chile y Venezuela y Chile y Colombia. Venezuela, asimismo, ha llegado a entendimientos para ofrecer acceso unilateral irrestricto a su mercado a los países centroamericanos y también a los de la Comunidad del Caribe. y este auge no está confinado al ámbito institucional y jurídico. Se ha dado también en el plano del intercambio real entre los países. En 1991, el comercio intrarregionallatinoamericano por vez primera en diez años recu– peró el record histórico que había alcanzado en 1981, unos 16 mil millones de dólares. Ello sigue siendo una cifra muy modesta en relación a las expor– taciones totales de la región, no llegando a113% de éstas, pero al menos hay una recuperación del gran bajón que tuvo el comercio intralatínoamericano en los ochenta. Esta vez, sin embargo, se trata de un tipo de integración muy distinta a la de los años sesenta. La idea matriz sigue siendo la misma, esto es, aumentar el comercio y con ello la actividad económica entre los países, pero ya, como ha señalado la CEPAL, no se trata queel mercado regional sustituya al mercado mundial, sino que el primero potencie la proyección en el segundo. Es la diferencia entre una integración "hacia adentro" y una "hacia afuera". En estos términos, la apertura de las economías no sólo no es contradictoria con los objetivos integracionistas, sino que pasa a complementarlos. Lejos de tratar de proteger artificialmente a los productores nacionales por medio de todo tipo de barreras arancelarias y paraarancelarias, de lo que se trata es de elevar su competitividad a partir del mercado ampliado que provee la región, que en alguna medida pasa a ser una extensión del mercado nacional. Los acuerdos regionales, subregionales e incluso los bilaterales de libre comercio, dejan así de ser considerados obstáculos y pasan a ser instrumentos para la
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