Enfrentando los cambios globales: anuario de políticas exteriores latinoamericanas: 1991-1992
VENEZUELA: LIMITES Y OPORTUNIDADES 119 y cuotas "voluntarias". Estas medidas restrictivas han sido solicitadas por productores y navieras estadounidenses, particularmente del estado de Flo– rida, a objeto de proteger sus intereses económicos en detrimento del alumi– nio, atún, cemento y líneas navieras venezolanas l3 • Prácticas discriminatorias como las anteriores confirman que EE.UU. tiene un compromiso fundamen– talmente retórico con el libre comercio y el rol autoregulador del mercado en los niveles de producción y precios, lo cual explica su falta de reciprocidad ante los francos intentos de liberalización avanzados por Venezuela y otros países latinoamericanos. De proseguir su renuencia a sol ucionar esta proble– mática bilateral, la administración Bush podría correr el riesgo de perder la cooperación venezolana en sus esfuerzos por implementar un sistema de operaciones aéreo y marítimo para combatir el tráfico de drogas en el hemis– ferio. Conclusión. Se puede concluir que el gobierno de Carlos Andrés Pérez ha sido particu– lannente enérgico, aunque no necesariamente efectivo, en el avance de sus objetivos de democratización, liberalización, integración y petroleros. El impresionante nivel de activismo desplegado en los temas aquí analizados y la variedad de frentes utilizados para su manejo, indican que probablemente éstos fueron las prioridades externas de la administración durante 1991. Es obvio que todas estas instancias estuvieron fuertemente marcadas por las preferencias de política exterior y el deseo de controlar la implementación de los objetivos emanados de dichos temas. Esto, a su vez, determinó su "prio– rización" en la agenda. Como lo sugiere Eva Josko de Guerón, éste es un resultado común en Venezuela, donde la Constitución explícitamente asigna al Ejecutivo la conducción de los asuntos exteriores y deja un rol comparati– vamente reducido al Congreso excepto en la aprobación de tratados interna– cionales 14 • A esto podemos agregar la acendrada tradición de personalismo y caudillismo sobre la que se asienta la cultura política nacional. Es evidente que los presidentes venezolanos han ejercido una influencia sustancial en la velocidad e intensidad de los cambios de nuestra política exterior. No obstante, las grandes líneas de transformación no han sido determinadas en lo fundamental por preferencias presidenciales, sino más bien por los desafíos, límites y oportunidades que ofrece el sistema interna– cional. Ello significa que los decisores centrales deben emprender un examen cuidadoso del menú internacional, a fin de discernir sus posibilidades de diseñar agendas de asuntos exteriores realizables y de traducirlas en acción 13 Para mayores detalles res,oBero a todas estas medidas, ver El Diario de Caracas, 2 de agosto de 1991, p. 32; agosto de 1991, p. 31; 30 de octubre de 1991, p.21; Y31 de octubre de 1991, p.2. 14 Eva Josko de GueIÓn, "Cambio y continuidad en la política exterior de Venezue– la", Manuscrito, Instituto de Estudios Políticos, Universidad Central de Venezue– la, agosto, 1991, p.50.
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