Enfrentando los cambios globales: anuario de políticas exteriores latinoamericanas: 1991-1992

110 V1LMA E. PETRASH Grosso modo, la incidencia fundamental a largo plazo para el proyecto de apertura y de búsqueda de mayor eficiencia económica se concentra en los proyectos, acuerdos e iniciativas que dependen de PDVSA. El impulso que ha recibido este sector en el llamado "nuevo orden energético mundial", ha estimulado a Venezuela a continuar, junto con otros países, promoviendo asociaciones" dOWI1 stream" a través de numerosos convenios que permiten la participación venezolana en refinerías y redes de distribución en EE.UU. y en Europa; a abrir este sector a la inversión privada -nacional y extranjera– para financiar la reactivación de pozos marginales y ambiciosos megapro– yectos¡ a intensificar esfuerzos de exploración en busca de nuevos yacimien– tos; y a procurar nuevos mercados en Asia. Todas estas medidas tienen, sin duda, importantes implicancias para la política exterior en su conjunto. En efecto, la revisión de doctrinas petroleras ha generado, a nivel interno, un intenso debate y ha acentuado las diferencias de perspectivas de PDVSA y el MEM. Internacionalmente, tales medidas revelan la importancia creciente de las transacciones entre empresas, en detrimento de las actuaciones guberna– mentales y, necesariamente, reafinnan el rol del petróleo como recurso económico aún primordial para dinamizar los procesos económicos globales. Democratización El avance y fortalecimiento del proceso de democratización continental ha sido, probablemente, el tema más sensible en la actuación exterior venezola– na a lo largo de 199t dado que involucra no sólo los esfuerzos orientados a preservar las democracias de la región sino también la activa participación del Ejecutivo en los procesos de negociación entre los gobiernos salvadoreño y colombiano y sus contrapartes guerrilleras. 1. Democratización: Surinam, Haití, y la seguridad colectiva del hemisferio La manifiesta preocupación de la administración Pérez por proteger y defender la estabilidad de los regímenes democráticos de la región y el temor al retomo del militarismo, la han impulsado a lanzar una amplia ofensiva diplomática a fin de asegurar apoyo hemisférico para el establecimiento de un sistema eficaz de seguridad colectiva. En efecto, desde fines de 1990, el gobierno venezolano ha mostrado una marcada preocupación ante un posi– ble resurgimiento militarista en Latinoamérica. En conexión con esta posi– ción, éste ha evaluado acertadamente la amenaza que encaman problemas regionales como la deuda externa, la inflación, la pobreza, la violencia política, el terrorismo, y la oposición annada sobre los incipientesexperimen– tos democráticos de la región y sobre la seguridad misma del hemisferio. Por ello, la administración ha optado por desempeñar un rol protagónico tanto en el fortalecimiento de regímenes democráticos inestables (v.g: en ColOtnbia y El Salvador) como en esfuerzos dirigidos a revertir golpes militares contra

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