Enfrentando los cambios globales: anuario de políticas exteriores latinoamericanas: 1991-1992
VENEZUELA: LIMITES Y OPORTUNIDADES 109 acerca de cuáles han de ser los objetivos de Venezuela en materia petrolera. Estas tensiones, que gubernamentalmente se expresanen las diferencias entre el ministerio de Energía y Minas (MEM) y la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), han enfrentado dos visiones distintas sobre el papel del petróleo. Para el MEM, el petróleo es esencialmente un recurso político; para PDVSA es un recurso económico cuya administración debe procurar el máxi– mo rendimiento posible. En el choque entre estas dos visiones pareciera estar prevaleciendo la de PDVSA, lo que ha circunscrito cada vez más al MEM en política exterior al frente de la OPEP, al de las negociaciones para la explotación de pozos marginales, y al de los convenios venezolanos de cooperación energética, como el Acuer– do de San José con México o como los iniciados en el seno del Grupo de los Tres, con México y Colombia. En estos dos últimos casos, ha sido posible la coordinación del ministerio de Relaciones Exteriores, el MEM, PDVSA y el Fondo de Inversiones de Venezuela (FIV), en torno a una concepción del recurso petrolero puesto al servicio de la cooperación regional. Sin embargo, en vista de que los beneficiarios de este acuerdo no han podido cumplir con los pagos, y que aspiran a modificaciones en las condiciones mismas del compromiso -tal como se manifestó en las visitas de mandatarios regionales a lo largo de 1991-, se ha planteado una seria discusión sobre la conveniencia de mantener planes de ayuda que, conjuntamente con otros mecanismos, suman 153 millones de bolívares, en un país que no ha resuelto sus problemas financieros fundamentales. En cuanto a la participación en la,üPEP, el gobierno propició desde agosto de 1990 consultas en el seno de la organización, antes de decidir oficialmente el aumento en la producción, y ha seguido trabajando por la unidad del grupO.3 Sin embargo, las gestiones fundamentales han sido motivadas por preocupaciones y procuradas en mecanismos externos a la OPEP. Una de ellas fue la realización de un diálogo petrolero en tre productores y consumidores, cuyo logro ocupó durante el primer semestre de 1991 a las más altas esferas del gobierno y fue punto central en la agenda del presidente Pérez durante su gira por Estados Unidos y Europa. El diálogo se realizó en París en julio, con el apoyo inicial de Francia y la renuencia de EE.UU. La oposición estadounidense derivaba de su rechazo a la tesis venezolana de que sólo la concertación entre productores y consumidores podría devolver estabilidad al mercado. Para EE.UU. contrario, esa estabilidad debía lograrse a través de la libre competencia. Más allá de la trascendencia de la reunión como tat por cuanto a la misma asistió incluso la Asociación Internacional de Energía, sólo hubo pronunciamientos generales sobre la necesidad de expandir la actividad petrolera. 3 El actual ministro del MEM, Celestino Annas, fue elegido en junio presidente de la OLEP por seis meses, y otro venezolano, Gonzalo Parra, presidirá por dos años la Junta de Gobernadores de dicha organización.
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