Antecedentes, balance y perspectivas del sistema interamericano
LA REFORMA DE LA CARTA DE LA OEA. Alejandro 'Magnet En su concepción p'olítica fundamental, las ideas de reforma de la Carta que comenzaron a apuntar en 1972, esto es, antes de tres años de estar en vigencia la reforma aprobada por el Protocolo de Bue– nos Aires, son la continuación y profundización de aquella refor– ma. Pero el proceso se ha desarrollado de manera distinta, más len– ta y confusamente. Parece que esto obedece a dos causas principa– les: Una es la que la reforma deseada se refiere a ciertos presupues– tos doctrinarios o de principio, algunos bastante vagos y difusos, o difíciles de sistematizar en un cuerpo breve y coherente, como debe ser el articulado !preciso de una Carta internacional. Este hecho re– salta más si se comparan estas ideas de reforma con las que se ma– terializaron en el \Protocolo de Buenos Aires, que se referían, sim– plemente, a un cambio de estructura de la Organización y a la in– corporación a la Carta, en forma contractual, de los principios sim– plemente declara tivos de la Alianza para el Progreso, que ya· habían tenido expresión escrita en la 'Carta de Punta del Este. Ese marco, además, quedó fijado de manera bastante precisa por el Acta de Río de janeiro, unánimemente aprobada por la 11 Conferencia Interame– ricana Extraordinaria, en 1965. La otra causa es que, en el caso de las reformas actualmente en proceso, no existe COInsenso, respecto de un punto fundamental,en– tre América Latina y Estados Unidos, en circunstancias de que la OEA se ha convertido últimamente más en un campo de diálogo y enfrentamiento' entre las dos partes del continente que en una me– ra asociación de veinticínco naciones. De allí que, en realidad, es– te n).levo proceso de reformas puede terminar, en verdad, con la oE.'\. o terminar en una gran frustracíón !para, por lo menos, algunos p~i. ses latinoamericanos. Hay una tercera razón, en fin, que ha contribuido a la confusión del proceso y es que, ,a lo largo de los cuatro años que ya dura, s~ han producído cambios políticos radicales en el gobierno de tres im– portantes Estados miembros: en Urug.uay, Chile y la Argentina, ~in, coI!tar con que ha habido cambios de gobierno en Coloinbiay Ve-
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