Antecedentes, balance y perspectivas del sistema interamericano

Alberto van Klaveren I Los ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL SISTEMA ••• guido :a la guerra de secesión requería urgentemente de la apertu– ra de nuevos mercados para las exportaciones norteamericanas, ma– teria en la cual América Latina ofrecía perspectivas muy alentadoras. Todas estas motivaciones hicieron que Blaine enviara en 1'881 una convocatoria en la que proponía reunir a t()das las naciones del he– misferio en un gran congreso americano, con el objeto de estable– cer un procedimiento pacífico de solución de las controversias y una Unión Aduanera Americana. .Esta primera gestión del Secretario de Estado terminó en un completo fracaso, debido a que la guerra del Pacífico, aún no había terminado. Poco después, Blaine tuvo que dejar su cargo al morir el Presidente IGarfield. ¡Pero esta frustración inicial 1110 enfrió el clima panamericanista que se respiraba en Washington. Por el contrario, los sucesores de Garfield y Blaine retomaron la bandera americanista, aprobando una ley en la que se designaba una comisión que debía visitar los paí– ses de AmérÍca Latina, para informar al Congreso norteamericano sobre los medios más adecuados para establecer con ellos relaciones comerciales y de todo orden. La comisión cumplió su cometido ele– vando un informe en el que se recomendaba que los Estados Uni– dos convocaran a una conferencia americana en \'\Tashington, con el fin de 'promover el intercambio comercial y estudiar la adopción de un sistema de arbitraje. Ya para aquella época, la idea americanista había cobrado gran auge en los Estados Unidos. Una vasta legión de políticos, intelectua– les y diplomáticos hablaba de la necesidad de estrechar vínculos con América Latina. :Para muchos de ellos se debía detener la penetra– ción económica europea en los países del sur, fenómeno que tras· ladaba los beneficios del desarrollo económico al Viejo Continente, en lugar de favorecer a los mismos países americanos. Según estos propagandistas, se debía dar comienzo a la constmcción de un qui– mérico ferrocarril americano; los más entusiastas llegaron a propo– ner el establecimiento de un "Zollverein", es decir, de una unión aduanera que sentaría las bases de la futura unidad del continente americano. Dentro de este ambiente tan favorable, resultó natural que el Con– greso norteamericano aprobara finalmente una ley en la que se au– torizaba la celebración de la conferencia, para la cual el ejecutivo debía cursar las invitaciones. En 1888, el secretario de Estado Ba– yard, miembro del gabinete del Presidente Cleveland, invitaba a to– das las naciones latinoamericanas a que enviaran sus representantes a Washington. 45

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=