Antecedentes, balance y perspectivas del sistema interamericano
ANTECl!.DENTES, BALANCE y PERSPECTIVAS DEL SISTEMA INTERAMERICANO trktivas que suelen ser incluidas en los contratos de licencias, tales como prohibiciones de exportar, exclusividad de servicios técnicos. fijaciones de precios, exclusividad de comercialización, etc. Es dec1!, existe un precio "visible" y uno adicional "invisible". lAbora bien, cuandO' la transferencia de tecnología se produce a través de la inversión extranjera directa, el país receptor está inclu– so en una posición aun más débil, ya que no sólo no elige la tecno– IO'gía, sino que ni siquiera negocia cuanto se paga por ella ni tam– poco conoce el mecanismO' por medio del cual ese monto será trans– ferido hada el exterior. !IV. ¿CÓMO SE ENFRENTAN LOS !PAisES AL iDESAFÍO TECNOLÓGICO? Tratándose de un mercado tan imperfecto frente al cual los países en desarrollo están en tan dara desventaja, y siendo la tecnología un factor tan· crucial para el crecimiento económico, es lógico peno sar en la necesidad de una preocupación preferente y de una ac· ción decidida y coherente por parte de los gobiernos de los países subdesarrollados. En los países avanzados, que son los principales productores de tecnología, y que también son los que comercian con un mayor vo· lumen de ella, la intervención del Estado en este campo es impor– tante y fundamental. En los países en desarrO'llo esa intervención es aun más necesaria. Los antecedentes ya consignados permiten for– tnarse una idea de la magnitud y complejidad de la tarea y de la fuerza que se requiere para ser "contraparte efectiva" en un m<:r– cado tan imperfecto como éste. Pero la tarea del Estado no debe deducirse a la regulación del comercio de tecnología, sino debe ser mucho más amplia y abarcar la definición de una política tecnoló– gica integral, coherente con los O'bjetivos nacionales y el diseño e implementación de los instrumentos que se van a utilizar !para lle– varla a cabo. "En la medida en que se desee transfO'rmar al país en una nación moderna y soberana, esa política debe proponerse aumentar paulati– namente la- autonomía tecnológica de éste, es decir, su capacidad de decisión y elección en todos los problemas relacionados con el uso de la tecnología"8. Debe aclararse: la autonomía no significa autarquía, lo cual se– ría no sólo difícil, sinO' inconveniente. 8 Ver referencia, (12) •
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