Antecedentes, balance y perspectivas del sistema interamericano
Alberto van Kwveren I Los ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL SISTEMA ••• sante pero que no tuvo la virtud de trascender. Por el contrario, en los antecedentes históricos que fueron dando forma real y concreta al movimiento panamericano, encontramos la explicación de muchos de sus vacíos, limitaciones, e incluso, contradicciones. Similarmente, estos antecedentes explican en una buena medida el porqué del sistema interamericano y las razones por las cuales esta importante institución regional ha logrado sobrevivir a pesar de los numerosos embates a que se ha visto expuesta y a pesar de su serias insuficien– cias. Esta exposición adolecerá de varias limitaciones. lEn primer lu– gar, debemos aclarar que no pretendemos hacer Un estudio histo– riográfica, sino más bien abordar un tema histórico desde una pers– pectiva actual. En segundo lugar, el breve espacio de que di~pone mas nos obliga a un tratamiento parcial de la vasta materia que se nos ha entregado. Sin embargo, la relevancia de nuestro objeto de análisis y el interés que éste despierta en la opinión pública, justi– fican cualquier esfuerzo de divulgación e interpretación, por limita.– do que pueda resultar en definitiva. 1. Los VíNCULOS INICIALES ENTRE LOS HISPANOAMERICANOS La evolución de las naciones latinoamericanas nos ha acostumbrado a concebir la gesta emancipadora como un fenómeno estrictamente nacional en el que incidentalmente intervinieron algunos líderes de países hermanos, movidos por un laudable espíritu de solidaridád continental. Esta interpretación, que no se ajusta a los hechos ni se desprende de ros escritos de muchos insignes historiadores latino– americanos, se ha afianzado en la opinión pública como consecuen– cia de un justificada pero a veces exagerado y distorsionado espíri– tu nacionalista, que es común a mudhos de los !paises que integran la América Latina. De este modo, a través de un proceso que tiene mucho de inconsciente, se resaltan las figuras propiamente nacio– nales que intervinieron en la lucha por la independencia, relegan– do a un opaca segundo plano la labor desplegada por líderes y sol– dados que no nacieron en el suelo que liberaron. Se habla así de la independencia como un movimiento exclusivamente argentino, colombiano, boliviana, peruano o ohileno. Creemos que esta forma de percibir el pasado está reñida con la verdad histórica. lEn primer lugar, ella desconoce el carácter de ta– rea colectiva que tuvo la independencia de la América Española. En segundo lugar, ella da por admitida la existencia de un estado de espíritu, una actitud consciente compartida !pOr la gran mayoría del
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