Antecedentes, balance y perspectivas del sistema interamericano

LOS ANTECEDENTES HISTORICOS DEL SISTEMA INTERAMERICANO AlbertO' van Klaveren Rara vez los fenómenos políticos,Istan éstos domésticos o interna– cionales, aparecen en fmma repentina en el escenario de la histo– ria. ¡Por el contrario, en la generalidad de los casos ellos son el pro– ducto de largos procesos de gestación en los que se ponen en mo'· vimiento tendencias divergentes y contrapuestas que entran en con– flictos que no siem!pre se resuelven en forma definitiva. Las excep– ciones que se podrían consignar a este respecto sólo confirman la regla generaL El tema que nos ocupa en esta oportunidad, lejos de configurar una excepció,n a"esta ley general, la ratifica plenamente. En efect'O, el panamericanÍsmo, tál como se lé conoce en la ac· tualidad, nació como la culm~pación de un largo proceso de gesta. ción que se inició aun antes que los países americanos obtuvie– ran su independencia política. Del mismo modo, durante el proce– so de gestación del panamericanismo se fueron configurando tenden cias de índole muy heterogénea, algunas de las cuales subsisten en la actualidad. Del juego de estas tendencias, muchas veces CO'l1tra– puestas, fue surgiendo una ideología, un espíritu, un movimiento y un estilo, cuyos rasgos esenciales están presentes en el sistema in– teramericano en general, y en la Organización de l'os Estados Ame– ricanos en particular. Pero esta ideología, espíritu, movimiento y estilo no siem1pre han tenido una misma significación ni han sido aceptados por todos los miembros que la comparten y practican. El legado histórico que inspira la acción del sistema interameri– ca;no es riq:uísimo y se fue forjando a lo lal'go de casi un siglo de vida independiente, tanto en las urbes cosmopolitas e ilustradas del continente americano como en sus más remotos confines. En esta forja fueron interviniendo materiales de procedencia muy diversa, los cuales no siempre se fundieron en una obra armoniosa y sólida. El resultado final no fue tan desastroso como algunos lo presagiaron, pero tampoco fue tan macizo y definitivo como lo aseguraron los más entusiastas y optimistas. !Creemos que un breve recuento de los hitos !históricos que fue– ron configurando el panamericanismo actual, no representa un me– ro ejercicio de información que nos remonta a un pretérito intere-

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