Antecedentes, balance y perspectivas del sistema interamericano

Franrúco On"ego VicU/la / EL SIST.EMA INT.ERAMERICANO DE SEGURIDAD ••• caracterizar muchas de las enmiendas introducidas por el Congreso, ha determinado una pérdida de confiabilidad en todo el sistema, en la percepción de varios gohiernos latinoamericanos. En otros ca" sos, las sandones impuestas por el Congreso norteamericano en re– lación a la captura de barcos pesqueros, partic~pación en la OPEP o construcción de reactores nucleares, lleva al mismo resultado de pérdida de confiabilidad. En este contexto puede apreciarse que el sistema en su conjun– to ha resultado un tanto paralizado. Por una parte, el TIAR refor– mado sólo permitiría una aplicación clara en el caso de uso de la fuerza armada, esto es, en relación a una situación de agresión más bien convencional, excluyendo las formas de agresión indirecta que no involucren el us-o de la fuerza armada, que son precisamente las más frecuentes en el mundo contemporáneo. Estas últimas, sólo po– drían eventualmente incluirse en la esfera de aplicación del TIAR mediante una muy refinada interpretación de sus disposiciones. Por otra parte, la voluntad política de la potencia predominante en el hemisferio occidental pareciera no ser favorable al sistema y ha in– ducido, como se señaló, una pérdida de confiabilidad en el mismo. Con un sistema interamericano debilitado y un sistema de segu– ridad que ha perdido eficacia, pero frente a necesidades reales de seguridad que mantienen su plena vigencia en América Latina, ¿cuál es la alternativa viable? Un primer intento de respuesta indio ca con claridad que, al menos los principales países sudamericanos, han comenzado a preocuparse de su seguridad con prescindencia de la posición de los Estados Unidos, dirigiéndose hacia la reafir– mación de un rol propio de Sudamérica. Algunos órganos de prensa ;han insinuado que estaría en gestación una Santa Alianza entre los gobiernos militares anticomunistas de Sudamérica. Ello es una apre· ciación equivocada, pues, la misma tendencia hacia un sistema au– tónomo de seguridad se manifiesta tanto en los gobiernos militares llamados de derecha como en los que no lo son. De esta manera, lo que está verdaderamente en formación es un sistema sudamericano de seguridad, que no se basa ni en tratados ni en instituciones, como tampoCO' en ideologías comunes. ¡Princi– palmente se basa en una percepción común de las limitantes que afectan al sistema interamerican-o y en la pérdida de confiabilidad en el rol de los Estados Unidos, a la vez que en una percepción co– mún de los problemas de seguridad que afectan a Sudamérica en su conjunto y a cada nación individualmente. El denominador común radica en lo que se ha llamado "la diplomacia de la seguridad na- 12 3

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=