Desarrollo de la Antártica

EL DESARROLLO DE LA ANTÁRTICA acumulativa ha ido facilitando y permitido perfeccionar la respuesta desde la instalación en Puerto Soberanía de la Base Capitán Arturo Prat, desde el 6 de febrero de 1917 a la fecha. Esa construcción con– sisti6 simplemente en una caseta metálica rectangular de 82 metros cuadrados de superficie destinada a dormitorio, living, escritorio y comedor, además de un departamento para la radioestación y otro para los baños, vale decir, la superficie y una concepción arquitectó– nica comparable a la de una casa de clase media de cualquiera de las ciudades del centro del país. A la caseta metálica se adicionan curio– samente una caseta de madera de 16 m 2 para cocina y una caseta, también de madera, de 44 metros cuadrados para sala de motores, taller y despensa (20 metros cuadrados). iEn el exterior se situaron los depósitos de combustihle, los estanques y desagües. Durmientes de ferrocarril se emplearon para construir un varadero que sirviera para embarcaciones menores y sacar a tierra aviones con flotadores. El proceso de adecuación imaginativa al medio antártico se ob– serva típicamente al crearse la Base O'Higgins en 194:8, consistente también en una casa metálica desarmable diseñada oTiginalmente para un clima tropical, pero muy mejorada por la experiencia obte– nida en cuanto al sistema de ventilación y descarga de aire. En líneas generales, la evolución del hábitat antártico ha operado mediante sucesivas ampliaciones y tiene transformaciones de las bases, que, respetando el diseño primitivo, han procurado crear condicio– nes más confortables, tendientes sobre todo a facilitar un equilibrio entre las necesidades colectivas de la vida en grupo en un ambien~ te reducido (importancia del living-comedor o sala de estar) y de las exigencias de privacidad de las personas individuales (dormitoríos divididos en celdas unidas por un pasillo con doset separados). Las condiciones de seguridad y de operacionalidad gravitan desde el momento mismo de la elección del lugar de ubicación de la base. En este aspecto son requisitos esenciales la suficiente altitud sobre el nivel del mar, que coloque a la estación al resguardo de mareas anor– males, de olas producidas por derrumbes de témpanos, posibilidades de desembarco, fondeadems bien protegidos y de aguas poco profun– das para evitar la entrada de témpanos de grandes dimensiones, facilidades de desembarco, ausencia de pendientes fuertes que im– pliquen peligros de rodados o aludes de nieve; disponibilidad de focas y pingüinos en la cercanía, que aseguren la alimentación en caso de emergencia, facilidades de aprovisionamiento, condiciones pa– ra el amarizaje de aviones, etc. Los refugios de madera en la pro– ximidad para situaciones de emergencia, y a veces los faros, que

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