Desarrollo de la Antártica

EL DESARROLLO DE LA ANT.ÁRTICA Así, por ejemplo, en 1957, con relación al desplazamiento de los frentes, se esclarecía ya en forma bastante definitiva que la meteo– rología conti,nental (Evangelistas) er,a la que ayudaba más a los pro– nósticos del tiempo en las islas Shetland y en la Tierra de O'Higgins, que las observaciones en la propia Antártica. La información más completa que se maneja hoy en día no desdice la anterior, pero identifica adecuadamente diversas zonas de fluj.os de masas de aire seco y frío desplazándose hacÍ::! el exter:or (Tierra Victoria, Tierra de O'Higgins y occidente de Tierra Enderbery), y otras de aire re– lativamente cálido y de alta atmósfera que se desplaza hacia el in– terior de la zona pO'lar. En este esquema dirlámÍco funcionan los tres tipos de depresiones que afectan todo el año a las islas Shetland y a la Tierra de O'Hig– gins, y que tienen las siguientes procedencias: depresiones del nor– weste, que se originan en el ,P'acífÍco Austral, se observan en la es– tación de 'Evangelistas, y luego cruzan el mar de Drake para tocar la iP'enínsula Antártica; depresiones de tipo circular, generadas en el paso de Drake, y que no afectan al Cabo de Hornos; depresiones generadas al sur de la Tierra de O' Hi,ggins, en las vecindades del mar de Ross y en movimiento hacia el mar de vVeddell. ffodas esta5 depresiones experimentan el efecto orográfico al tocar la Tierra de O'Higgins, lo que determina una mayor duración de los efectos fron– tales en el lado occidental de la península. En consonancia con su carácter de territorio permanentemente hl;!– lado, los promedios térmicos de la Antártica chilena son del orden de -2°C en las islas Shetland y de -6°C en la latitud de B<l!hía Mar– garita. La isoterma de verano en las mismas áreas es de 10C y de OOC, respectivamente, en tanto que la isoterma de invierno es de -7°C en las Shetland y de ~140C en Bahía Margarita. Una significativa disimetría térmica se observa también en ambas vertientes de la Tierra de O'Higgins y sus mares ribereños, puesto que las temperaturas del lado oriental son notoriamente más frías que las de la parte occidental. Conforme, así mismo, con la frialdad definitoria del medio polar, las precipitaciones en el territorio chileno antártico son predominan. temente nivosas. No obstante, en las Shetland y en la sección norte de la Tierra de O'Higgins, son las lluvias en los meses de verano, caen con cierta frecuencia, especialmente en los meses de verano, corno en el caso anterior, en la vertiente occidental de la península antártica, a la desarmonía térmica ya descrita, se agrega la desarmo– nía de las precipitaciones por efecto del relieve sobre las masas de

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