Desarrollo de la Antártica

EL DESARROLLO DE LA ANTÁRTICA Los miembros activos del Tratado pueden perfectamente deter– minar qué es lo que desean hacer, dónde y cuándo. VI. ETAPAS DEL APRO'VECHAMIENTO PETRO'LERO' Convenido el aprovechamiento petrolero de la Antártica, habrá que comenzar a explorar y a explotar por algún sitio y nadie preten– derá que se perforen pozos de esos que cuestan hoy 33 millones de dólares cada unO', alrededor de toda la Antártica, en su plataforma con tinen tal ... Parece indudable que la exploración comercial y la subsiguiente explotación serán menos difíciles, en cuanto al problema político, si se comienza en la plataforma del sector no reclamado; entre los meridianos 90° y 160 0 Oeste de Grecnwioh, tantO' en la Tierra de Ellsworth como en la Isla Thurstoll. A este sector se podria agregar, si así se conviene, el Mar de Ross y su promisoria plataforma ya muy estudiada. Como chileno, yo no tendría objeción a una explotación del pe– tróleo de esos dos sect()res. Bastaría una razonable seguridad de que se emplearían medidas eficaces para evitar la contaminación del Pacífico Sur, tanto en la extracción como en el almacenamiento y en el transporte del crudo. Evitar dicha contaminación es esencial para mi país, porque la corriente marítima de Humboldt se genera en esa zona austral, y es la que lleva hacia el norte la extraordinaria riqueza de fitoplanc· ton, krill y peces que iha dado a la, industrias pesqueras de Chile y del Perú clase internacional. Es indudable que esta primera etapa tomaría -de acuerdo a la fxperiencia del Artico~ de 15 a 20 años para estar en pleno fun– cionamiento. Luego podriamos pa:,;:¡r a la exploración comercial de otras partes de la plataforma continental, dejando para el final los mares de Weddell y BeUingshausen y sus plataformas. Cuando se habla de las dificultadt.s que presenta el Antártico pa– ra su aprovechamiento económico, se comete muchas veces una equi– vocación. El verdadero problema político está en la Península An. tártica y en las Shetland del Sur, por la SUpel'lposición de los sec– tores de tres países: Chile, Argentina y Gran !Bretaña. El error está en extender al resto del continente a las cuatro quintas partes, lo que sólo es problema de un quinto de su superficie. lPero sí se pro– cede por etapas, avanzando desde donde no hay sino pequeños pro– blemas, hasta llegar al sector sudamericano, es evidente que se co– menzará antes el aprovechamiento petrolero.

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