Desarrollo de la Antártica
Rubén Scheihing N. / EL DESARROLLO DEL TRANSPORTE ANTÁRTICO turístico lo realizó la M /N "Navarino" de la IEmpresa Marítima del Estado de Chile, el 8 de febrero de 1959. Anualmente, durante la temporada de verano, zarpan desde Chi– le y Al1gentina cruceros turísticos que cada vez tienen más acepta– ción, que incluyen no sólo el continente antártico sino que también los maravillosos canales patagónicos y magallánicos. Las firmas más importantes en este tráfioo son "Y.barra" y "Lindblad". Recordemos que el turismo se podría clasificar en Social, Deportivo, Artístico, Científico y Recreativo. Algunas estadísticas indican que sólo des– de Argentina unas 2.000 personas visitan anualmente el continente austral. Otro atractivo, de los muchos que tiene la Antártica, que no ha sido explotado, se refiere a la posibilidad de practicar deportes in– vernales.Por ejemplo, próximo a la Base "Prat", se cuenta con can– chas naturales de esquí, otras para prácticas de descensos y sectores aptos para realizar cross country esquí. Es factible que los deportis– tas utilicen estos lugares desde los meses de noviembre a marzo, si se cuenta con el transporte hacia y desde dicho lugar. Finalmente, digamos que a los futuros turistas que visiten esta zona se les debe recordar, el Lema Antártico: "No tome nada, excep– to fotografías. No deje nada, excepto sus huellas". TRANSPOR TE AEREO El transporte aéreo en la iAntártica presenta problemas similares al marítimo. En primer lugar, la carencia de pistas es un aspecto que limita su futuro desarrollo, aun cuando experimentos realizados por los norteamericanos han oomprobado que es factible en determina– das oportunidades y lugares, efectuar aterrizajes y despegues utili– zando esquíes. Las severas condiciones meteorológicas existentes es otro factor limitador. Recordemos aquella oportunidad en el mes de octubre de 1960, cuando se efectuó el vuelo de un avión Hércules C-121L "Super Connies", de la Armada Norteamericana, desde Christchurch a McMurdo, para efectuarlo fue necesario contar con el apoyo de dos destructores de la misma Armada, en atención a que ante cual– quier falla, al no existir pistas de emergencia, la supervivencia hu– mana en las frígidas aguas del Océano Glacial Antártico, no es ma– yor de 10 minutos. IEl intenso frío no sólo afecta a las personas, si– no también a los equipos y materiales. A modo de comparación, di– gamos que las experiencias realizadas en el Artico nos indican que cuando existan temperaturas del orden de menos de 50 grados Fa-
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