Desarrollo de la Antártica
Daniel Torres N. / EXPLOTACIÓN y CONSERVACIÓN DE MAMiFEROS ••• Ballena franca o verdadera, Eubalaena australis. Esta especie de desplazamiento lento, fue sobreexplotada en el si– glo XIX, en especial frente a las costas de ¡Chile, donde actualmente son muy escasas. En octubre de '1976, frente a las costas de Cons– titución, 7.a Región, Chile, se ob~eIVó un ejemplar (Aguayo y To– rres, en prep.) . Gambell y Brown (1971), señalan que los recientes avistamientos realizados en las costas adyacentes a Sudamérica, Sud– áfrica, Australia y Nueva Zelandia, indican que la población está aumentando, pero que aún se halla en un nivel muy bajo. Se esti– ma alrededor de 180 animales en las costas de Africa del Sur, y rle 900 al. 500 animales para todo el Hemisferio Sur. Recientemente se ha estimado una población de 3. ooa animales, según los avistamientos en aguas de Sudáfrica y por las observacio– nes de barcos exploradores japoneses (Grupo Ad Hoc 1, 1976). 7. MEDIDAS DE PROTECCIÓN Y CONSER'''ACIÓN DE CETÁCEOS Sobre el particular, nos referiremos a ciertos hechos importantes de los muchos que existen en el historial ballenero, algunos de los cua· les coinciden, en cierta medida, con los relativos a pinípedos, por ser acciones generales aplicables tanto a unos como a otros. En este sentido, las organizaciones internacionales con sus acuerdos y medi– das, así como las acciones propias de cada país, contribuyen al pro– greso de las medidas de conservación bien entendidas. El desarrollo de programas de investigación y educación sobre mamíferos mari· nos son actividades básicas del presente que permitirán en el futuro un constante y más eficiente manejo de sus poblaciones. Por otra parte, las acciones tendientes al uso no consumptivo de cetáceos han comenzado a desarrollarse en diversos países y a brindar positivos resultados económicos. La búsqueda de sustitutos y las proyeccio– nes futuristas del manejo de los cetáceos pretenden también con– tribuir a la protección y conservación de los grandes mamíferos del mar. A raíz de la sobreexplotación de los cetáceos se produjo un colap– so en el mercado mundial del aceite en 1931, y desde las estaciones de 1932-33 y las siguientes, las compañías noruegas e inglesas volun· tariamente aceptaron limitaciones de captura y producción, espe– rando estabilizar la industria, pero con el ingreso de Alemania y Japón a la actividad ballenera, este propósito fracasó. Sobre la base de los da tos pro¡1orcionados por el Departamento Internacional de Estadísticas Balleneras, con sede en Noruega, a par- 21 5
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