Desarrollo de la Antártica

Daniel Torres N. I EXPLOTACiÓN y CONSERVACI6N DE MAMíFEROS ••• Ballena azwl, Bala,enoptera musculus Según los datos proporcionados por GambelI y Brown (1971), :!ste cetáceo contaba con una población original de 200.000 animales al romenzar la actividad ballenera antártica. Aguayo y Maturana (1972) oeñalan una cifra de 220.000 para esa misma época. Cuando se le dio protección en ,la Antártica en 1965, y en esto coinciden los au– tores ya citados, la especie contaba con una población de 2.000 ejem– plares. En los cinco años siguientes, su población se estimó, mediante avistamientos, en 6.400 animales, incluyendo la ballena azul pigmea (Balaenoptera musculus brevic(11Uda), la que probablemente contri– buía con la mitad 'del total (Gambell y Brown, op. cit.). Recientemente, Gulland (1976), entrega una cifra de 4.000 ani– males para 1963 y, considerando un incremento de alrededor de un 4 5% por año, la población alcanzaría un total de 7.000 - 8.000 animales para 1975. Balle.na fin, de aleta o rorcual común, Balaenoptera physalu.s. GambelI y Brown (op. cit.), señalan que en el stock 'original de es– ta especie en el Hemisferio Sur, probablemente giraba alrededor de 380.000 animales, pero que a la fecha (1971) sólo quedaban 77.000.. Posteriormente Gambell (19715~ expresa que el Comité Científico de la Comisión Ballenera Internacional está de acuerdo en estimar un sto'ok antártico de 83.000 - 84.000 animales, cifras que acepta el Grupo Ad Hoc 1 (1976). Ball$a, sei, boba o rorcual ,de Rudolplhi, Balaenoptera borealis. Este cetáceo, que ha sido intensamente explotado a partir de 1960, su población base de 150.000 animales ha sido reducida a 75.000 - 83.000 ejemplares (Gambell y Brown, op. cit.). Con respecto a las actuales evaluaciones, en general hay acuerdo en señalar que la po– blación en aguas antárticas es de 50.000 - 55.000 ballenas (Gambell, 1975; Grupo Ad .Roe 1, 19,76) . Con respecto a este cetáceo, se ha sugerido que los parámetros de la población (posiblemente incluidos los ritmos de crecimiento o reproducción), reaccionaron ante la menor abundancia (o compe– tencia disminuida) de las grandes ballenas, debido a que estas úl· timas se explotaron antes que se iniciara la caza importante de las especies más pequeñas. La estimación anterior del tamaño de la población de ballenas bobas y posiblemente de 'otras, al comienzo de la explotación a gran escala de las especies en cuestión, puede

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