Desarrollo de la Antártica
Daniel Torres N. I EXPLOTACIÓN y CONSERVACIÓN DE MAMÍFEROS ••• ártico y del Hemisferio ;\Torte en general, hacia las aguas subtropi– cales y tropicales en busca de cachalotes (Physeter catodon). Ca– brera y Yepes (1940) informan que en la segunda mitad del <;iglo XVIII se cazaban mucho·s cachalotes frente a las costas de Brasil, en las Islas Malvinas, en las Islas Galápagos y entre la costa de Perú y Chile. El primer buque ballenero que cazó cachalotes en las cos– tas chilenas fue el "Amelia", buque inglés que en la campaña de 17:88 a 1790 obtuvo alrededor de 139 toneladas de esperma. Según Aguayo y IMaturana (1972), a partir del año 1791 se mi– ciaron las cacerías de mamíferos marinos, motivadas por los infor– n;es de Cook, sobre la abundancia ue focas y ballenas a su regreso de Georgia del Sur. Los cetáceos fueron perseguidos de tal ma– nera, que la industria ballenera se resintió notablemente alrededor de 1860. Sin embargo, todavía en 1877 las costas chilenas eran fre– cuentadas por los balleneros. Un:¡ de las especies que más daño sufrió en sus poblaciones fue la ballena franca (Eubalaena a.u.stralzs) , cuya explotación se inició después de 1790, y los lugares de cap– tura preferidos se ubicaban en la costa de Chile (Clark, 1965, en Aguayo, 1974). LEn 1840 estas ballenas eran muy escasas en nuestras costas. Por este mismo año, según 'üalinger (1959), luego de cono– cida la existencia de un puerto :lbrigado en Isla Decepción, la caza de ballenas y focas concentró cerca de 400 buques en los mares aus– trales. Las actividades balleneras continuaron desarrollándose en aque– llas latitudes, más aun cuando la tecnología impuso nuevos méto– dos de captura. A partir de 1867 la caza de cetáceos tuvo un vuelco extraordinario, cuando el noruego S'vend Foyn inventó el arpón granada. Este notable adelanto permitió a los balleneros una ma– yor efectividad en la persecución de los cetáceos de desplazamiento rápido, como la ballena azul (Balaenoptera mwsculUiS). Según Aguayo y Maturana (1972), en los años -l892-93 se con– centraron los esfuerzos del hombre en el aprovechamiento de los grandes cetáceos, y en 1904 se inicia la era moderna de la caza de ballenas en aguas antárticas con los viajes del capitán noruego Carl A. Larsen. La Cia. Argentina de Pesca, S.A., creada por Larsen, inicia la captura de ballenas desde Georgia del Sur, donde se ins– taló la primera planta ballenera terrestre. Otras plantas balleneras se instalaron también en las Shetland y Oreadas del Sur. Casi al comenzar el siglo xx, otro adelanto técnico se sumó a la eficiencia del arpón granada. En el año 1909 Ouo Svedrup, co– menzó a utilizar en otras latitudes los buques factorías, lo que per-
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