Desarrollo de la Antártica

Juan C. Castilla / LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN LA ANTÁRTICA otras grandes crisis que afectan a la humanidad, ya no es posible pen. sar más en soluciones parciales o unilaterales. IEl enfoque debe ser netamente global (Mesarovic y Pestel, 1975). La crisis energética también ha puesto a la Antártica en primer plano. Son numerosas las investigaciones al respecto y la potencia– lidad de la plataforma continental antártica despierta muchos ape– titos. También en este caso la tecnología y la ciencia deberían ir de la mano. ' Para estos dos ejemplos específicos es dado notar que por tener estricta relación con el mar circundante del Continente Antártico, (pesquería) y los suelos sumergidos o fondos (recursos' energéticos) , el Tratado Antártico no es aplicable. !La experiencia desde la fir– ma del Tratado a la feoha indica que las probables zonas de con~ flictos por recursos renovables o no renovables estarían precisamen– te en el océano o territorios sumergidos bajo él. Problemas que es– capan a los investigadores y recaen en los juristas. LA INVESTIGACIÓN ANTÁRTICA COMO UN 1'1JEMlPLO MUNDIAL Coordinar programas de investigación ha sido siempre tarea ardua y difícil. Los diferentes países del globo han establecido sus propio,> mecanismos e instituciones para realizar tal labor. Algunas han acu– mulado más prestigio que otras; en oportunidades existen fondo. sustanciales, en otras éstos son precarios. No obstante la meta final es siempre elaborar planes y programas racionales' y ¡propender a que se cumplan lo mejor posible para bien del conocimiento. E¡l este contexto la Investigación Antártica, al menos a partir del, Año Geofísico Internacional y más aun luego de la firma del rrratado Antártico, ha marcado una ruta y señalado una época. Con el sm– trato físico de un territorio donde a pesar de no ser fácil ni bara. to realizar investigación, y en el cual se dan todas las gamas de posibilidades; donde el ingenio, la planificación y en casos la au· dacia juegan un rol esencial, ha sido posible llevar a cabo numero– sos planes conjuntos entre varios países por 16 años. !La informa– ción se ha intercambiado como en pocos 'otros campos de la inves– tigación. La cooperación internacional en la' A~tártica ha floreCl– do en aras del uso' pacífico. Este verdadero milagro lo ha catali– zado la Antártica valiéndose principalmente.de la Investigación Cien– tífica. No en vano \Villiam ID!. Mc Elroy, Director de la National Science Foundation en diciembre de 1970 declaraba: "Después dI! todo, si 12 naciones pueden cooperar en investigació!l en la Antár– dc!!, debería ser sólo levemente más difícil qbtener que nuestros De-

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