Desarrollo de la Antártica

El. DESARROLLO DE LA ANTÁRTICA GRANDES CRISIS MUNDIALES Y LA ANTÁRTICA. ROL DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFI'CA Los avances en la ciencia y la tecnología han marcado etapas muy nítidas en el desarrollo de la humanidad, tanto comO' para bien o rara mal. La humanidad se encuentra enirentada a una serie de crisis de extrema urgencia y gravedad (Mesarovic y Pestel, 1975). Para mencionar sólo algunas de las más urgentes, baste este listado: Crecimiento Demográfico de la población; Crisis Alimentaria; Cri– sis de Combustibles; Crisis Ecológica. Numerosos informes, comité. internacionales, paneles indisciplinarios y países han tornado sus esperanzas entre otros en el Continente Antártico como posible sa– lida parcial para algunas de estas crisis. En especial para la crisi, proteínica el Krill antártico se prevé como una parte importante de la posible solución. Los varios estimados de expertos internacionales indican cifras de producción anual de este crustáceo entre 500.000.000 y 50.000.000 de toneladas. Se debe tomar en cuenta que las captura, pesqueras mundiales en 1967 alcanzaron a 50.000.000 de toneladas de productos del mar. El incremento anual se estima en un 7 %' y la potencialidad total de pesca de los recursos actualmente explotados se estima entre 2· 4 veces la captura de 1967 (Gulland, 1970) . Ante tales perspectivas de captura potencial de Krill, no es ex– tralla que se haya comenzado a experimentar intensamente en los aspectos tecnológicos, tanto en lo referente a las artes de pesca como en la elaboración del producto. Es un paso lógico. No obstante, es necesario tomar las precauciones adecuadas. ComO' ya se indicó an– teriormente' preguntas cruciales respecto de este recurso no han si· do respondidas. Poco o nada se sabe de los factores estacionales u locales que controlan la abundancia del Krill; qué animales se ali. mentan de Krill y en qué cantidades; son necesarios más datos so– bre migraciones verticales, horizontales y estacionales (loa conoci· mientos actuales dan ciertos indicadores, pero en ocasiones no ~on suficientes), etc. La solución científica de estas interrogantes -a fin de establecer un manejo racional de la pesquería- debe ir a la par con el avance tecnológico. La ex'periencia con el caso de las ba– llenas dejó una lección clara en el sentido que tal paralelismo no ocurrió, y que prevalecieron los intereses netamente comerciales sobre los de explotación racional. Sin duda que la crisis proteínica debe enfocar el problema en for– ma mucho más rápida, dirigida y .:ompacta. De nuevo aquí, como en

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