Ensayos sobre el Pacifíco: estudios publicados en la Revista Estudios Internacionales
Ricard" Riesco I LA CUENCA DEL PAcíFICO EN UNA PERSPECTIVA GEOGRÁfiCA (198m como clÍIIla monzónico; clima frío extremadamente continental de tipo estepárico (el llamado clima manchuriano); a continuación sigue el clima boreal frío y, finalmente, el clima subpolar de tundra. Es interesante recalcar el paso brusco existente en esta veniente entre las zonas climáticas cálidas y templadas, con respecto a las zonas frías de las altas latitudes. Esta situación se explica por la gran continentalidad que ejerce la masa continental asiática. Por el contrario, en la vertiente oriental encontramos una sucesión climá– tica distinta, a saber: clima ecuatorial; clima tropical/tropical marginal; clima tropical semiseco; clima subtropical semiseco; clima desértico costero subtropical; clima templado-cálido subtropical-más conocido como me– diterráneo-; clima templado frío oceánico costero; luego el clima boreal frío y, por último, el clima subpolar de tundra. Esta sucesión diferente se explica por la distinta posición de fachadas de ambas vertientes pacíficas en reláción con la circulación general de la at– mósfera del Hemisferio Norte. La asimetría entre ambas venientes se mantiene en el Pacífico Meridio– nal. Sin embargo, en cada vertiente, consideradas éstas en forma indi– vidual, no existe una sucesión climática tan matizada, es decir, se encuentra una variedad tan amplia de climas como en el Pacífico Septentrional. Esto se explica principalmente, por el predominio de las masas oceánicas en el Pacífico Sur, haciéndose sentir su efecto homogenizador de que se hablara anteriormente. En el Pacífico Norte esta situación es inversa, ya que hay predominio de las masas continentales. Las implicancias económicas que reviste la situación planteada tienen profundas proyecciones. No existen en los países ribereños a la cuenca pacífica paisajes naturales, condiciónados climáticamente, que sean compe– titivos desde el punto de vista· de su producción agrícola. Por lo menos esta aseveración es válida para aquellas latitudes tropicales-marginales, subtropicales y una parte de la zona templada, que son aquellas zonas que generan el grueso de la producción agrícola. Es así, por ejemplo, como la zona productora de té, arroz, caña de azúcar de la vertiente pacífica occi– dental del Hemisferio Norte, no tiene un equivalente competitivo en la ver– tiente óriental. Por el contrario, la zona de clima subtropical templado-cáli– do de la vertiente oriental, el llamado clima mediterráneo de California, con toda su variada producción agropecuaria, no tiene equivalente en la veniente oriental. Este mismo principio de complementariedad se observa en el Pacífico Sur. Pero es más, esta complementariedad de la producción agrícola a que la asimetría climática da lugar, se realza aún más, si se considera que existe una complementariedad adicional entre el Pacífico Septentrional y el Meri- 91
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