Ensayos sobre el Pacifíco: estudios publicados en la Revista Estudios Internacionales
Ricardo Riesro I LA CUENCA DEL PAcíFlCO EN UNA PERSPECTIVA GEOGRÁFICA ( 19XIl) cífica es del orden de 200 kms., mientras que la distancia de ese punto a la costa atlántica es superior a 4.000 kms. Retomando la idea esbozada anteriormente, en el sentido de l~ diferen– cias existentes entre el concepto geográfico de un océano y el concepto meramente oceanográfico por ejemplo, es posible establecer el siguiente postulado geográfico: La superficie del Océano Pacífico es de 179,6 millones de .kilómetros cuadrados y la del Atlántico de 82,5 millones. Es decir, el primero es el doble mayor que el segundo. No obstante, considerado geográficamente, vale decir, incluyendo el área drenada por ellos, que en el caso del Océano Pacífico es de 21 millones de kilómetros cuadrados, y en el Océano Atlán– tico de 75 millones, el Pacífico es sólo 25 % más extenso que el Atlántico. '- Es precisamente esta característica -la poca penetración continental- la que explica, en una parte sustancial, el carácter centripetal de este océano. El segundo factor que nos ayuda a entender este carácter centripetal es la dimensión de esta unidad homogénea, la más extensa del planeta. El Pacífico es capaz de contener, dentro de sus límites, la totalidad de la super– ficie de las tierras emergidas del globo, quedando incluso un resto de 30 millones de kilómetros cuadrados sin ocupar. Esta superficie es equivalente aproximadamente a la del continente africano. La ausencia de penetración contiriental determina que el Océano Pacífico esté orientado a que todos sus movimientos estén dirigidos hada su interior. Es una unidad de paisaje sin lococonexión, que teniendo en consideración sus dimensiones y su magnitud, da lugar a una unidad geográfica indepen– diente, autosoponante. Es decir, el Pacífico sena entendible desde sí y de por sí. Por otro lado, este océano ha sido históricamente y en la actualidad continúa siéndolo, un área con una débil y en el tiempo discontinua ocupa– ción humana-poblacional. En definitiva, el Océano Pacífico ha permanecido hasta nuestros días, un espacio vacío, una tierra de nadie, probablemente la última en el plane– ta, si exceptuamos la Antártica. La explosión demográfica mundial, la amenaza generalizada de extinción de materias primas, han centrado la atención mundial en el más tropical de todos los occinos del mundo. Precisamente apoyándose en este carácter centrípetal del Pacífico soste– nía por ejemplo Alexander von Humboldt, a fines del siglo XIX, que a fu– turo sería una empresa ardua y dificultosa para los países ribereños penetrar, incorporar y subyugar a este océano que, por su connotación geográfica, constitUÍa un elemento que probablemente separaba más de lo que unía. Este vaticinio ha soponado el embate de los tiempo y tiene una gran vall.clú en nuestros días. El avance tecnológico de los transportes, si bíen es cieno ha permitido vencer la distancia, no ha logrado, sin embargo, copar los es-
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