Ensayos sobre el Pacifíco: estudios publicados en la Revista Estudios Internacionales

Maree/II AheraJlury I ASIA ORIENTAL y MERIDIONAl. y EL PAciFICO, INICIOS DE 1972 subrayadas por Hayashi, se van reduciendo, pero que al propio tiempo ha llegado la hora de dejar de hablar del "milagro japonés", en el sentido del descubrimiento de una receta de prosperidad sin conflictos, de prosperidad permanente. 22 Los ejecutores del desarrollo industrial comenzado con la revo– lución Meiji -cuyo centenario se celebró con exultación en 1968, como correspondía a una nueva gran po~encia- se apartaron cons– cientemente del modelo anglosajón en todo lo que era necesario para mantener los valores tradicionales, aliándose con los cuadros del es– tamento samurai y, más tarde, con los del ejército y la marina im· , periales. Esta élite, verdadero complejo militar industrial bancario, fue alentada por su exitosa presentación en la escena internacional en 1905, cuando venció inesperadamente para la opinión común a las fuerzas zaristas, uno de los hechos de mayor repercusión en Asia para debilitar el mito de la invencibilidad europea. Más adelante se consolidó al alinearse con los vencedores de la primera guerra mun– dial, aunque luego tanto Washington como Londres defraudaron las esperanzas niponas en las esferas naval y colonial. El Japón ingresó de esta manera a los altos niveles de la estratificación inter– nacional, aunque su poder no alcanzase todavía el de los Estados Unidos o el de las principales potencias europeas. Se lanzó enton– ces a la empresa de crear una extensa esfera de influencia, utilizando el slogan de "Asia para los asiáticos", saludado por entonces con bastante entusiasmo en aquellas tierras. Esta esfera de influencia constituirla una zona de coprosperidad, bajo la égida del Japón, y uno de los. principales centros de poder del escenario mundial, rivalizando con Occidente. Siete décadas de expansión y desarrollo económico se dilapidaron (por una confianza excesiva en el poder nipón y una subestimación de la potencia de los otros), en ambi– ciosas operaciones navales y territoriales, que comenzaron con la humillación del pabellón estadounidense en Pearl Harbour. Se pen– só que, por fin, encontraban ·realización los mandatos del rescripto imperial de 1868 de hacer brillar "más allá de los mares del exterior, lá gloria de la nación." La derrota al final de la segunda guerra mundial caló hondo en el pueblo japonés. De esta forma se hace muy difícil llevat: "Compilación de trabajos de unos cien colaboradore¡s de diferente naciona– lidad que escribieron sus pronósticos, en 1964, para el Nt:fW Scientist, de Gr. Bretafia. Takeyama, Y., Don't-Take Japan Fcw Granted, Foreign Polic:y, New York, NO N9 5, tf1lIJ72. Vizoso, A., JaP6n. Tercera Potencia Mundial, Guadiana de Publicaciones, Barcelona, 1970. Aunque el autor describe el proceso de posguerra japonés. que alcanzó tasas de desarrollo no igualadas en Occidente, lo que se traduce en el subtítulo de su obra. termina con algunos interrogantes bastantes inquietantes encerrados en las palabras finales de la obra: FutuTO incierto. 61

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