Ensayos sobre el Pacifíco: estudios publicados en la Revista Estudios Internacionales
Mareelo Aberaslllry I ASIA ORIENTAL y MERIDIONAL y EL PAciFICO; INICIOS DE 1<)72 nistrarla". Pero esta inocente posición no tuvo fácil inicio. Después que el almirante Dewey entró en la Bahía de Manila, "no pudo conservarse sin lucha", pues hubo que doblegar una insurrección de sus pobladores que duró desde 1889 hasta 1902 y exigió la pre– sencia de setenta mil soldados. "Este fue el bautismo de fuego de Norteamérica, en su cardcter de Estado con intereses en Asia". Estos hechos condujeron a nuevos actos, ampliando las obligaciones mili– tares hasta llegar "a las puertas de China". Para defender lo conquis– tado se necesitó una poderosa escuadra, tal cual lo aconsejaba el almirante Mahan. Para aprovisionar los buques se requirieron bases en puntos estratégicos en el Pacífico, tales como Hawai y Guam. Y, para la seguridad de la flota, "era extremadamente importante que ninguna otra armada dominara en las aguas del Padfico."17 Louis Halle, historiador de la guerra fría, sostiene la misma línea de pensamiento: "La adquisici6n de las islas Filipinas es la raíz del dificil y peligroso embrollo que, a partir de entonces, se ha desarro– llado en el Lejano Oriente. En realidad, la guerra con el Japón.de 1941 a 1945, la subsiguiente guerra de Corea y la tensión en los estrechos de Formosa, son consecuencia de las obligaciones de defensa de Filipinas~"18 O sea, de la tragedia de la diplomacia, conforme .a Williams William Appleman. Hemos mencionado antes, en dos ocasiones, al almirante Mahan, cuyas obras adquirieron gran difusión en los Estados Unidos en la década de los años noventa, precisamente cuando comenzaba la ex· pansión en islas y puntos claves del Pacifico, si bien la concepción del destino manifiesto ya se había empleado a mediados del siglo XIX para justificar la adquisición, con intervención militar, de Texas y Oregón, así como también la de Alaska, la cual fue comprada a Rusia conforme a la tradición y al modelo seguidos en los casos de los territorios de Luisiana y Florida. Mahan había estudiado las grandes batallas y campañas bélicas de la revolución francesa y del imperio nepoleónico y, como gran 17Pax Americana, Editoríal L.umen, Barcelona, 1970, Cap. 7. Un peligro ama– rillo, una vez más. Subrayado nuestro. "Halle, L., Dreams and Reality: Aspects of American Policy, Harper and Row, 1960, p. 203. Otro aspecto importante de la política norteamerican~ en el Lejano Oriente (de las viejas cartograflas) era la necesidad de preservar la integridad de China. Cuando estaba reunida la Asamblea de la S.D.N., de 1937, de F. D. Roosevelt se diQ a wnocer un mensaje -llamado de "cuarentena contra el agresor"- tratandQ de orquestar un "wrdón sanitario" en Asia contra el Japón que, el otro Roosevelt, en su tiempo, vio como el posible país-barrera de la expansión rusa. Proclamada la República Popular China (1949), la diplo– macia de Washington buscó, en toda fonna, preservar la independencia e inte– gridad de Fonnosa (Taiwan), que en los convenios de Yalta habla sido reconocida como parte integrante del territorio nacional chino (Pekln). 57
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