Ensayos sobre el Pacifíco: estudios publicados en la Revista Estudios Internacionales

/I1arcelo Aberastllry / ASIA ORIENTAL y MERIDIONAL y EL PAciFICO,· INICIOS DE 1972 de política, sea que exista en la realidad o como hipótesis operativa. Destacar que las potencias mayores, como agentes de la vida inter– nacional, actúan movidas por consideraciones de interés nacional, criterios y obsesiones de seguridad, preservación u obtención de esferas de influencia y distintos otros factores materiales, no significa enrolarse en las filas de los discípulos de la realpolitik, que Mor– genthau y otros, con diferencias de matices, desarrollaron para ex– plicar el comportamiento de los Estados nacionales. Esta apreciación, quizá, debe ser reexaminada con respecto a Esta– dos asiáticos de más reciente nacimiento como Estados nacionales, y que en el caso de Japón, India y China, cumplen esa etapa histórica en buena parte conforme al programa enunciado en los documentos iniciales de su "nacionalidad", que hemos citado al comienzo de este ensayo. Estos países y pueblos asiáticos, con la excepción del Japón8 y a pesar de una comprobable variedad de situaciones, están vinculados por algunos rasgos comunes fundamentales. Tibor Mende, identificó hace más de dos décadas ese elemento común en el hecho de que "las masas asiáticas han comenzado a elaborar una estrategia que les permite lanzarse a una revolución comercial e industrial análoga a la que ha dado al Occidente la dominación del mundo. La lucha contra el extranjero ha pasado a ser, cada vez en mayor grado, una lucha contra un sistema económico. Las armas más eficaces debían ser, por consiguiente, las armas econó– micas. Esta lucha conduciría, a fin de cuentas, a un conflicto entre el liberalismo económico y la economía planificada .... El complejo mosaico de la política asiática se encuentra reducido a una serie de ajustes de parte de los gobiernos para crear las condiciones previas de una planificación eficaz, en interés de la mayoría."9 "La tendencia actual de los historiadores es considerar al Japón "menos típica– mente 'asiático' que sus vecinos. Esta situación marginal es muy reciente. Du– rante el medio siglo que siguió a la restauración del Meiji y hasta la Segunda Guerra Mundial, el Japón aparecía, en la perspectiva eurocéntrica entonces dominante; Como el país más avanzado de Asia. Ahora bien, lo que le confeIiría esa posición privilegiada 'de país guía' era lo mismo que hoy la singulariza: el carácter menos agudo del subdesarrollo y de la presión demográfica, la impor– tancia de la· socialdemocracia, el elevado nivel de la industrialilación, el hecho de que se hallara fuera de la órbita de los movimientos de liberación nacional e incluso a veces se opusiera a los mismos. Japón participó en Bandung. pero se mantuvo en segundo plano. El puesto de honor recayó en Zhu En-Lai, Sukamo y Nehru, aunque medio siglo antes Japón llevase la esperanza y pri– macía del movimiento panasiático". Chesneaux, ob. cit., p. 209. 'La Rebelión en Asia, Editorial del Pacífico, Santiago de Chile, 1954, p. U. El autor trae a colación la cita de las palabras del entonces Secretario de Estado norteamericano (enero 1950) que captaba que "la resignación ya no es la actitud típica del Asia. Ha cedido el campo a una legítima cólera ante la aceptación de la miseria y de la pobreza como condiciones normales de vida". El año 1950 51

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