Ensayos sobre el Pacifíco: estudios publicados en la Revista Estudios Internacionales

ENSAYOS SOBRE El. PM.IFICO cada uno dispone del elemento disuasivo fundamental contra el otro, tanto en forma de submarinos nucleares de ataque como de ICBMS. El término de la guerra de Vietnam, cuando ocurra, no es probable que altere las normas de despliegue americanas, excepto en Indochina, pero sí alterará el volumen de las actividades. En tanto prevalezcan otras amena– zas a la paz, aun con la limitación que supone la consigna de "no más Vietnams", es probable que en los años venideros veamos a los Estados Unidos a lo menos comprometido en la defensa de Tailandia, Taiwan, Corea del Sur y Japón, y continuar haciendo uso de Filipinas y Australia. Ni el nacionalismo filipino, ni el australiano han logrado frustrar las ventajas de la alianza con Estados Unidos, y cada país es importante en el sistema mundial de defensa americano, del cual Vietnam está cada vez más marginado. Dentro de los Estados Unidos existen crecientes presiones (mientras van en aumento las advertencias de parte de los amigos de América) por mantener una postura de defensa "a corta distancia de la costa" con rela– ción a Asia, usando la abrumadora capacidad naval para amenazar u oponerse al rompimiento de la paz en el continente. Desafortunadamen– te, Vietnam ha demostrado que así como es difícil llegar a una lucha cuer– po a cuerpo contra una insurrección importante apoyada desde afuera, con la intervención de tropas extranjeras, es imposible conseguir algo SlIl que intervengan, en tierra, tropas de alguna especie. En consecuencia, si los' estados no-comunistas de Asia desean beneficiarse con la protección americana, deben estar preparados para dar la bienvenida a las armas y fuerzas americanas en su territorio. Como es bien sabido, Japón no posee fuerzas armadas: ellas están prohibidas por la Constitución. Sin embargo, las fuerzas de autodefensa que tienen ahora 250 mil hombres, sirven a un propósito no muy diferente. Hasta hace poco, Japón ha dependido claramente de la protección americana, y el Tratado de Seguridad existente entre ambos ha sido aceptado por la mayoría del pueblo. Japón, el único país que ha recibido un ataque nuclear, proscribió las armas nucleares completamente. Tam– bién está prohibido que las fuerzas de aire y tierra de autodefensa sean utilizadas fuera del Japón. Todo esto ha 'comenzado a cambiar, coincidiendo con el crecímiento continuo y espectacular de la economía japonesa. En una encuesta de 30 .

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