Ensayos sobre el Pacifíco: estudios publicados en la Revista Estudios Internacionales

ENS/\VOS SOBRE EL PAciFICO rritorios norteamericanos, tomó nota. Como consecuencia, los pre– supuestos para el Territorio en fideicomiso comenzaron a aumentar considerablemente. En los años de Kennedy llegaron a los US$ 40.000.000 y, en 1970, el Congreso autorizó US$ 50.000.000 para las islas. El objetivo del gobierno en el territorio sufrió un desplaza– miento desde el cuidado casero colonial al desarrollo económico y político del área. Basta con decir aquí que los resultados en el campo económico no han sido impresionantes. Para ser justos con aquellos implicados, debemos decir también que el potencial económico de Micronesia -es bastante limitado. En el campo político, sin embargo, los resultados han sido algo más evidentes. Precisamente aquí es donde, desde el punto de vista norteamericano, surgieron las dificultades. Micronesia tiene ahora una rama legislativa bicameral para todo el territorio y una en cada uno de sus seis distritos. La primera tiene poderes limitados, pero ha actuado como foco y como elemento catalítico para el desarrollo de presiones dirigidas a terminar el fideicomiso y a diseñar un nuevo futuro político para el territorio. En 1966 el Congreso de Micronesia solicitó al Presidente Johnson establecer una comisión "para consultar al pueblo de Micronesia y para conocer sus deseos y puntos de vista y para estudiar y evaluar críticamente las alternativas políticas que se presentan a Micronesia".T Al año siguiente el Presidente pidió al Congreso de los Estados Uni– dos que autorizara tal comisión, con el objetivo final de llamar a un plebiscito el 30 de junio de 1972. Como tiende a suceder a veces a los Presidentes norteamericanos, el Congreso no accedió a lo que él solicitaba. El Congreso de Micronesia fue más allá y nombró una comisión propia, la Comisión del Futuro Status Político. Este grupo de seis miembros examinó varios modelos de asociación de estados pequeños con estados grandes, abrió debates públicos sobre el Territorio en Fideicomiso y visitó Nueva York y Washington. Mientras tanto, Washington se encontró de pronto en la posición de saber que se necesitaba tener una política definida sobre esto. pero al mismo tiempo ser incapaz de ponerse de acuerdo en cuál debiera ser tal política. Esto era incómodo, pero de ninguna manera una novedad. Como sucede a menudo, varios departamentos del gobierno no podían reconciliar sus puntos de vista sobre esta materia. El Departamento de Defensa no estaba interesado en cambio alguno en el status que limitara su libertad de usar las islas para propósitos militares. El Departamento de Estado, encargado de las obligaciones 7De Smith. op. cit.• p. 170. 186

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