Ensayos sobre el Pacifíco: estudios publicados en la Revista Estudios Internacionales
EOKt11' B. Mihaly I LA ESTRATEGIA DE LOS ESTADOS UNIDOS EN EL PAciFICO OCCIDENTAL. esto a la Marina de los Estados Unidos (una decisión controvertida) . En seguida, Washington procedió a olvidarse de Micronesia. Los Estados Unidos gobernaron Micronesia siguiendo una de las versiones de la modalidad colonial clásica del siglo XIX, que hoy describiríamos como "negligencia benigna". Los Estados Unidos gastaron poco y exigieron poco. El resultado fue la estagnación económica. La Marina hizo algunos sinceros esfuerzos por mejorar las condiciones en las islas, pero progresó poco. El Departamento del Interior, que tomó a su cargo la administración del Territorio en 1951, se vio aún más limitado, debido a los reducidos presu– puestos asignados al Territorio en aquella época (US$ 7.000.000 fue el presupuesto máximo hasta 1962). Este último Departamento se las arregló para pagar los sueldos de los norteamericanos dedi– cados a la administración territorial y para mantener la ley y el orden. Actividades más allá de esto eran virtualmente imposibles. Ni la Marina ni el Departamento del Interior trataron de ex– plotar las islas económicamente. A fin de hacerlo con éxito era ne– cesario tener un interés razonablemente fuerte en el producto po– tencial y los Estados Unidos no tenían tal interés. Sin embargo, Micronesia difería de la mayoría de las colonias en un aspecto vital. Tenía una historia de prosperidad relativa. Japón, el dueño anterior de las islas, había llegado a ellas con mayor ambición y energía. Desarrolló, o estimuló al sector privado a desa– rrollar las actividades pesqueras, la producción de azúcar y alcohol, la extracción de fosfato, caminos, comunicaciones y un activo sec– tor que incluía innovaciones tan agradables como las casas de Geishas. Los principales beneficiados con todo esto fueron los 70.000 inmigrantes japoneses y coreanos que vinieron a las islas y las com– pañías japonesas que invirtieron allí. Sin embargo, muchos micro– nesios experimentaron también un aumento en su ingreso real\!. La guerra trajo consigo una destrucción virtualmente total -in– dustrias, caminos, edificios administrativos- y los japoneses, que eran los que habían iniciado todo, fueron repatriados al final de la guerra. La economía micronesia volvió a adormecerse. Sólo de– sechos oxidados, edificios en decadencia, caminos que parecían no llevar a ningún lado excepto a la densa selva y recuerdos, fue lo que quedó de aquellos días de mayor afluencia. El año 1962 constituyó un hito importante. Una delegación visitante del Consejo de Fideicomisos de las Naciones Unidas pasó allí tres semanas y redactó un informe dando cuenta del estado de pobreza de las islas. La Administración Kennedy, que ya había comenzado a tomar un mayor interés en las condiciones de los te- 'Willard Price estima que el ingreso per cápita tope en el período japoné& fue cinco veces superior al de la cifra para 1966, o US$ 240; op. cit., p. 199. 185
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