Ensayos sobre el Pacifíco: estudios publicados en la Revista Estudios Internacionales

ENSAYOS SOBRE EL PAciFICO adquirir el poder nuclear, China ha perdido más aliados que los que ha ganado. Dentro de toda Africa, solamente Guinea y el Congo (Brazzaville) felicitaron aChina por su última prueba atómica de octubre de i966. Rumores temerosos de posibles trastomos chinos -a menudo exagerados– han comenzado a circular, al mismo tiempo que algunas grotescas teortas sobre las intensiones de China. Fue el Presidente Houphouet-Boigny, de la Costa de Marfil, quien declaró que los chinos "andan en busca de espa– cio, y esa es la razón por la que se sienten atraídos por el vado de Africa". Además, a pesar de la pretensión China de prestar ayuda económica y respaldo político en gran escala, a menudo se ve imposibilitada para cumplir con lo prometido. Una cantidad de compromisos de asistencia chinos no han sidó cumplidos -con Indonesia, Birmania, Ceilán y algunos países de Africa-. Durante dos crisis importantes, Vietnam y la guerra entre India y Pakistán, ha sido Rusia y no China quien ha podido ejercer el importante papel de gran poder moderador, Esta lección no se pierde ante los ojos de naCiones todavía dudosas del Tercer Mundo. Hay que reconocer, sin embargo, que la China ha cometido serios errores, que se deben principalmente a juicios precipitados y a una actitud demasiado dogmática dentro de la política externa. Aunque la guerra chino-hindú sobre límites de 1962 fue más bien provocada por la India, sin embargo la invasión y subsiguiente negación terminante a aceptar la propo– sición de arreglo sugerida por los poderes de Colombo, fueron hechos que nada la favorecieron. Las tácticas chinas durante las difíciles negociaciones de la desastrosa Conferencia Afroasiática - "segunda Bandung"- de 1965 fueron suma– mente torpes y mal aconsejadas. Llegó el momento en que China se encontró en la absurda posición de 'primero haber elegido que la conferencia se efectuase, yendo así contra el deseo de muchos, y después pedir precisa– mente lo contrario cuando ya varios países deseaban su realización. En tal caso, su mejor recurso hubiese sido mantenerse silenciosa durante todo el debate. La actuación de China durante el conflicto Indo-Pakistano, del mismo año, también brilló por su falta de sutileza y seguramente fue más bien upa incomodidad que una ayuda para Pakistán. Finalmente, ese afán de China de arrastrar consigo a todas partes la disputa chino-soviética, SCl), ésta una reunión internacional de periodistas o tal vez un congreso de científicos veterinarios, muy comprensiblemente ha causado malestar' entre los delegados afroasiácicos. quienes naturalmente prefieren no perder tiempo durante tales reuniones. 154

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