Ensayos sobre el Pacifíco: estudios publicados en la Revista Estudios Internacionales
John C;;ttings I ,TIENE CHINA UNA POLÍTICA EXTERIOR' (1967) soviética dentro de estas áreas. En 1965, de los 49 países con los cuales China mantiene relaciones diplomáticas, 18 se encuentran en el continente africano. Diez de éstos han recibido alguna ayuda china y la mayoría han firmado acuerdos comerciales. Por razones obvias, las relaciones de China a nivel oficial con Latinoamé– rica son mínimas -aparte de Cuba-o El intercambio comercial está limita– do a sólo seis paises y consiste principalmente en importaciones de trigo ar– gentino. Contactos culturales a nivel no oficial han aumentado a saltos desde 1959 en adelante. Por ejemplo, en los dos años 1959 y 1960, China eÍ1Vió 24 delegaciones a 15 países latinoamericanos y dio hospitalidad a más de 200 delegaciones de 21 países. Sin embargo, a pesar de todas estas actividades, la simpatía que disfru– taba China entre los países del Tercer Mundo ha sin duda disminuido durante los dos últimos años. Ya es lugar común mencionar los errores de la política exterior china en tal sentido. Aunque a menudo se afirma que es la propia conducta china la responsable de estas pérdidas, las razones que la motivan son en realidad más complejas. En primer lugar, China es la que más ha sufrido a expensas del desen– gaño general sobre la viabilidad del neutralismo. Casi es norma ge~eral que la primera acción después de un golpe de estado de derecha que se respete, ha sido la expulsión de las misiones diplomáticas o comerciales de China. Así sucedió en Burundi en 1965, en la República de Africa Central y Dahomey en 1966. (A nadie sorprendió la medida tomada por Dahomey. donde el jefe del golpe, coronel Soglo, era amigo personal de Chiang Kai-shek). En Ghana tanto China como Rusia han sufrido igualmente con el derrocamiento de Kwame Nkrumáh. En Brasil, en 1964, el nuevo régimen de inmediato ordenó expulsar y aprisionar una Misión Comercial China. Indonesia es otro caso donde China ha sufrido las consecuencias de un golpe de estado de derecha. Muy por el contrario a lo que es opinión popu– lar, China no tuvo papel de significancia alguna en los sucesos del atoño de 1965, los que llevaron a la disolución del Partido Comunista de Indone– sia, la ~scensión al poder del ejército y la matanza de unas 300.000 personas inocentes dentro de lo que se había transformado en una guerra racista antichina y una cacería de brujas anticomunistas. Una razón más fundamental para la declinación de la influencia china en el Tercer Mundo yace en la propia ambigüedad de la posición de China. Por un lado, China atrae las simpatías por compartir características simi– lares -color, subdesarroll(), víctima del imperialismo occidental en el pasado-o Por otro lado es un posible superpoder y por lo tanto con otras características sumamente distintas. A medida de que China adquiere los atributos de un gran poder, sus actuaciones son causa de sospechas. Al 153 I
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