Ensayos sobre el Pacifíco: estudios publicados en la Revista Estudios Internacionales

W. lIfat71tah.TI 8alll AUSTRALIA EN EL PAciFICO (1972) de su retirada del Este de Suez. Paquistán ha anunciado ahora su retiro de la SEATO. Resulta evidente desde hace tiempo que cada miembro tiende a interpretar el tratado y sus provisiones de acuerdo con su propio juicio o interés. De aquí que la SEATO sea casi, si no totalmente, inútil para el sistema de seguridad en la región. Sin embargo, ha sido invocada a veces tanto por el gobierno norteameri– cano como por el australiano con el fin de justificar su intervención en Vietnam. Puede haber enfatizado así una imagen asiática de Australia como cliente y aliada militar de los Estados Unidos. A diferencia de nuestro gobierno, los de Gran Bretaña y Francia insis– tieron en que la SEATO no implicaba obligación alguna de sostener al gobierno de Vietnam del Sur. Desde que nuestro gobierno comprometió nuestras fuerzas armadas en Vietnam en 1965, se ha visto a menudo aparentemente en una situación embarazosa. Desde entonces, el Gabinete, algunos de cuyos ministros han visitado Sudvietnam varias veces, ha continuado ase– gurando al pueblo australiano de que, pese a algunas decepciones, los norteamericanos y sus aliados estan efectivamente ganando la guerra -en el plano militar, en el programa de pacificación, y en la construcción de los cimientos de la democracia. -Aun ahora, -noviembre de 1972- el Primer Ministro, Sr. McMahon, declara públicamente que la reciente retirada de casi todas las fuerzas mili– tares australianas de Vietnam es consecuencia de que los objetivos norteamericanos, y por consiguiente nuestros objetivos han sido logrados. A través de toda esta guerra ha sido evidente a menudo que el gobierno norteamericano, como en el pasado, no ha consultado al australiano antes de tomar decisiones militares o políticas de gran envergadura. En 1968, dos prominentes Ministros del Gabinete, los de Defensa y Relaciones Exteriores, estaban explicando cuán im– portante era continuar con el bombardeo de Norvietnam, apenas un día o dos antes de que el Presidente Johnson anunciara la sus– pensión indefinida del mismo. El año pasado, el Primer Ministro condenaba al líder de la oposición por visitar Pekín siendo que el gobierno chino era un enemigo tan perverso y agresivo. Esto fue sólo un día o dos antes de que el gobierno se enterara, casi en el momento de despegar, que el presidente Nixon iba a visitar China. Después de setenta años de dependencia de un gran poder -Gran Bretaña hasta 1941, y los Estados Unidos desde entonces- parece haber llegado el momento oportuno para que los australianos refle– xionen sobre algunos rasgos de esta situación de dependencia, tal como la hemos conocido. La amistad de un amigo poderoso es una cosa espléndida, pero no constituye una seguridad de que el amigo podrá dar una ayuda 139

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