Ensayos sobre el Pacifíco: estudios publicados en la Revista Estudios Internacionales
W. Macmahon Balll AUSTRALIA EN EL PAciFICO (1<)72) transformado el sentimiento australiano. Singapur había caído el 15 de febrero. Los cañones pesados estaban apuntados para disparar sólo hacia el mar, no hacia el continente al norte, en donde los japoneses habían atacado. Darwin fue bombardeada cuatro días más tarde, aunque la severidad del ataque fue ocultada largo tiempo por la censura. El gobierno y el pueblo australianos creían que la invasión y la ocupación subsiguiente eran lo más probable, mientras el bombardeo y cañoneo de las costas eran casi seguros. Ya en diciembre de 1941, el Sr. Curtain había marcado un viraje histórico en las relaciones exteriores australianas, haciendo público su llamamiento a los Estados Unidos para que protegieran a Aus– tralia, puesto que Gran Bretaña no estaba ya en condiciones de hacerlo. "Sin inhibiciones de ningún tipo, libres de remordimientos en cuanto a nuestras vinculaciones tradicionales o de parentesco con el Reino Unido, quiero dejar en claro que Australia mira hacia los Estados Unidos. Conocemos los problemas del Reino Unido. Cono. cemos la amenaza constante de invasión. Conocemos 105 peligros de la dispersión de fuerzas. Sabemos, también, que Australia podría caer y Gran Bretaña aun podria resistir. En consecuencia estamos decididos a que Australia no caiga, y ejercitaremos todas nuestras energías en la conformación de un pla.n, con los Estados Unido~ como piedra angular, que dé a nuestro país alguna confianza en poder resistir hasta que la marea de la batalla refluya en contra del enemigo". Tal vez resulte difícil para gente cuyo país ha sido derruido por la guerra, cuyas ciudades se han derrumbado bajo repetidos asaltos aéreos. entender el sentimiento del pueblo australiano, el sentido de sacudimiento y de miedo que experimentó en los meses que siguieron al ataque japonés hacia el sur. Es que, probablemente, un pueblo no compara su situación con la de otros, sino con su propio pasado. Hasta 1941, la guerra para los australianos había significado una expedición, no una invasión. En las guerras ante– riores en las que Australia habia luchado, inclusive la primera guerra mundial, no habia existido una amenaza directa contra el suelo australiano. El peHgro consistía en lo que podria ocurrirle a Australia luego de la guerra, luego de una derrota británica. De alU que las acciones japonesas en tierra australiana, aunque causaron una mínima pérdida de vidas y bienes en comparación con lo que otros paises sufrieron en la guerra, provocaron una conmoción y un temor profundos. Y en tiempo de nuestro mayor peligro, fueron los Estados Unidos, y no Inglaterra, los que nos brindaron una protección efectiva. Este es el trasfondo histórico del hecho de que, desde la segunda guerra mundial, el objetivo dominante de nuestra política exte- 135
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