Ensayos sobre el Pacifíco: estudios publicados en la Revista Estudios Internacionales

Bmee Granll AUSTRALIA y El. PAciFICO (1972) Se han tomado iniciativas periféricas. Gracias a una diestra di– plomacia personal, Australia mantuvo estrechos contactos con Cam– boya y Sihanouk a pesar de nuestras igualmente estrechas relaciones con Saigón y Washington. A pesar de poderosas presiones y la irri– tación popular en Australia con la política del gobierno de Sukarno, Camberra logró conservar buenas relaciones con Jakarta durante la confrontación con Malasia, aun cuando fuerzas australianas estuvie– ran en ese tiempo en las fronteras de Malasia preparadas para re– sistir a los indonesios. Australia ha logrado también una "relación especial" con Malasia y Singapur. No quiero sugerir que tales logros sean despreciables. pero creo que se han conseguido a pesar de las tendencias de la política aus– traliana. Sea como fuere, algunas personas inteligentes y perspica– ces del Departamento de Asuntos Exteriores, o críticos en univer– sidades, periódicos u otras instituciones, lograron promover con esfuerzo, al mismo tiempo. una actitud australiana independiente hacia el Sudeste Asiático a pesar de. y no a causa de, la política dominante. Quizás también por falta de una dirección política, el concepto de una politica exterior nacionalista es algo que un australiano no comprende de inmediato. En primer lugar, la idea de nación no es fuerte. Los australianos tienen un fuerte sentido de arraigo a su tierra y un creciente sentido de comunidad humana, pero no un sentido de nación. De hecho, para muchos australianos no está claro cuándo comenzó la nación. Algunos piensan que fue el día que los británicos fundaron el establecimiento penal en Australia; otros piensan que fue cuando se formó el Commonwealth a partir de los estados coloniales anteriores; otros más que fue aquel día en una playa en Gallipoli durante la Primera Guerra Mundial, cuando Australia experimentó sU' primer encuentro armado mayor que, aunque un fracaso, fue un fracaso glorioso considerado como el origen del sentido de nacionalidad australiana. Hay todavía otros que creen que Australia peleó para nacer como nación en BaIlarat, en 1854, cuando los mineros del oro se rebelaron contra la autoridad y levantaron un bandera, poniendo la Cruz del Sur contra un fondo de azul cielo, durante el incidente de Eureka Stoc– kade. Pero la mayoría de los australianos parecen indiferentes a esta búsqueda de un alma nacional. A pesar del crecimiento de Australia y su evidente capacidad como una nación que interviene en los asuntos internacionales, tienden a ser pasivos considerando que Australia es más un objeto que un sujeto de la política inter– nacional. Además, el concepto de un papel activo no es familiar a los australianos. Este requiere una acción coherente, una posición pre- 123

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