Ensayos sobre el Pacifíco: estudios publicados en la Revista Estudios Internacionales
8race Grantl AUSTRALIA y EL PACÍFICO (1972) diez años, la caída de una aldea de Laos en manos de las fuerzas comunistas aparecía a las masas australianas como una parte de un proceso que, si no era detenido, podría alcanzar hasta sus mismas playas. Hoy día, las masas se han hecho má~ críticas y escépticas sobre la penetración "descendente" del comunismo en el Sudeste Asiático; la teoría del dominó y la necesidad de contener a la China comunista y otras consideraciones estratégicas de la guerra fría. Hay mayor interés entre la mayoría de los australianos y cier– tamente en los círculos comerciales, por la penetración económica en el Sudeste Asiático y en Australia de una nación amiga, Japón, que en los potenciales subversivos, o agresivos, por parte de cual– quiera de los presuntos adversarios como China y la Unión So– viética. En ausencia de otro conflicto como el de Vietnam, que hizo de la seguridad exterior la cuestión palpitante en la elección de 1966, u otra confrontación del tipo de la de Indonesia, que provocó la amenaza de guerra en la elección de 1963, la próxima elección en Australia va a ser, presumiblemente, referida fundamentalmente a cuestiones domésticas. Una de estas cuestiones puede ser la de la mantención de la ley y el orden internos, en relación al movimiento de protesta que ha surgido en oposición a la guerra de Vietnam. Esto podría ayudar al gobierno, pero sin aliados listos para actuar concertadamente en el Sudeste Asiático, el triunfo de un gobierno conservador en Australia en 1972 no volverá a dar a la política ex– terior y de defensa un papel principal en la política australiana, como ocurrió durante la guerra fría. En realidad, al tener que apo– yarse en el problemático futuro de una política exterior "adelanta– da", los conservadores pueden verse obligados a ser más restrictivos en las iniciativas de su política exterior que el Partido Laborista, que tiene una tradición universalista y humanitaria. La victoria de los "tories" en las elecciones británicas de 1970 ha influido en la confianza con que Australia se proyecta en el Su– deste Asiático. Los riesgos para Australia no son tan grandes si los británicos, independientemente de la cantidad de sus fuerzas están dispuestos a mantener una "presencia militar" en Malasia-Singa– puro Pero esta influencia es más psicológica y temporal que políti– ca y permanente. Los británicos, los australianos y los neozelandeses no están concertando un compromiso que signifique mantener una fuerza decisiva en el desarrollo del equilibrio del poder en Asia. Este equilibrio será finalmente establecido por los Estados Unidos, la Unión Soviética, China y Japón aun cuando, tarde o temprano, requerirá una respuesta de Australia y sus aliados. Una presencia reducida de Gran Bretaña en Malasia-Singapur sería importante pa– ra dar a Australia -y a Malasia-Singapur- tiempo para preparar 121
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