Ensayos sobre el Pacifíco: estudios publicados en la Revista Estudios Internacionales

ENSAYOS SOBRE EL PAcíFICO namiento y maniobras conjuntas, pero no con el envío al extran– jero de fuerzas australianas. Antes era posible caracterizar las posiciones políticas australianas usando como elementos comprobatorios la "política de defensa adelantada" (PDA) y a la "política de la Australia Blanca'" (PBA). Si usted era partidario tanto de la PDA como de la PBA usted era conservador, anticomunista y nacionalista. Si lo era de la PDA y estaba en contra de la PBA, queda decir que usted era liberal, an– ticomunista e internacionalista. Estar en contra de la PDA y en fa– vor de la PBA hacía de usted un izquierdista, nacionalista y aisla– cionista. Si estaba en contra de la PDA y de la PBA era usted un liberal, internacionalista y, probablemente, un pacifista. Mientras el segundo grupo tuvo la ventaja sobre el primero en la sucesión de gobiernos conservadores después de 1949 y, por tanto, la interven– ción en Asia condujo a la correspondiente liberalización de la res– tricción en la inmigración, el tercer grupo tiene la ventaja sobre el cuarto en la política laborista y, por tanto, si hay un cambio de gobierno en 1972 y un retiro de las fuerzas militares australianas de Asia, no habría una ulterior liberalización en la inmigración. En una palabra, si la inmigración es tomada como un test crítico de la capacidad de Australia para ponerse de acuerdo con su geografía, un gobierno laborista será incapaz de hacer historia, por lo menos en este sentido. Al mismo tiempo que las políticas externas de Australia fueron sometidas a un examen crítico, el público australiano fue adqui– riendo la noción de que la "calidad de la vida" en Australia se es– taba deteriorando. A corto plazo -por lo menos en lo que concierne a beneficios como servicios sociales, educación, conservación y lu– cha contra la contaminación- la atención del público debe pasar de la percepción de amenazas externas y la necesidad de políticas de seguridad a la percepción de desigualdades internas, injusticia e incompetencia y a la necesidad de una legislación interna imaginati– va y costosa como un c.orrectivo. Los australianos se preocupan ahora más de. la desigualdad entre sus propios ricos y pobres que de la brecha entre naciones ricas y pobres. Se preocupan más de la represión en su propio país que de la represión en los países comunistas. Es más fácil atraer la aten– ción de las masas con planes para conservar los recursos naturales y detener la contaminación ambiental que con planes para una de– fensa más poderosa o para iniciativas en política exterior. Sin duda esta vuelta a sus problemas internos podría detenerse dramática– mente si hubiera una nueva y notoria amenaza a Australia. Pero mientras más australianos vuelven las espaldas a las complejidades de Asia, más fácil es no darse cuenta de posibles amenazas. Hace 120

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