Desarrollo energético en América Latina y la economía mundial
DESARROLLQ ENERGÉTICO EN AMlÍRICA LATINA y LA ECONOMíA MUNDIAL 4. Una visión hacia el futuro. Delsuscinto análisis aquí presentado, y con el respaldo de los trabajos que ha realizado y que está desarrollando la Comisión Nacional de Energía, es posible bosquejar, en lineas gruesas, cuál es la orientación que se le está dando al sector. En términos generales Chile cuenta con recursos actuales y poten– ciales como para abordar, en el tiempo, en forma efectiva la crisis energética. La principal dificultad en el corto y mediano plazo estriba en la dependencia externa del petróleo y la rigidez de las esU-uctufas de producción y consumo que dificultan los cambios a realizar. A modo de ejemplo, la construcción de una central hidroeléctrica toma 5 a 6 años, sin considerar el período de proyecto; la apertura de una nueva mina- de carbón requiere como mínimo 5 años desde el momento de decidirla. Un programa de energía debe tender a disminuir esta dependen– cia, garantizando un suministro en condiciones adecuadas de costo y seguridad de abastecimiento. En este sentido la tarea consiste en cómo coordinar los distintos entes participantes para que el sistema evolucione de acuerdo a la política de desarrollo económico, político y social del Supremo Gobierno. Este conjunto de medidas es lo que podríamos denominar política energética del país. Para la implementación de estas políticas deben identificarse los instrumentos apropiados como son acciones sobre la demanda final de energía, sobre la oferta de energía y medidas de ordenamiento institucional que permitan actuar de acuerdo a las acciones anteriores. En el campo del petróleo, es importante señalar que las acciones que se están tomando tienden a: 1. Incrementar la disponibilidad de petróleo nacional. 2. Disminuir la tasa de crecimiento del consumo nacional de petróleo e incluso, a más largo plazo, llegar a· cifras de importación de petró– leo inferiores a las actuales. En lo referente a aumento de la disponibilidad de petróleo, el programa de explotación submarina de ENAP en la zona de Magallanes está incrementando la proporción de crudo nacional de 25% en 1978 a valores próximos a 40-45% en 1982. Se ha avanzado por otra parte en las exploraciones realizadas a través de los contratos de riesgo suscritos entre ENAP y las compañías ARCO, Phillips Petroleum y Ame– rada Hess, que cubren las áreas ubicadas en la zona austral. Se está 102
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