Desarrollo energético en América Latina y la economía mundial
DESARROLlJO ENERGÉTICO EN AMÉRICA LATINA y LA ECONOMiA MU:.IDIAL de este tipo de energía, algunas de las cuales le son exclusivas, ha dado origen a gran variedad de aparatos domésticos, industriales, de transporte, comunicaciones, etc., cuyo uso se expande continuamente. Ello otorga :al crecimiento de su consumo un dinamismo superior al de la energía total. En efecto, en 1950 el consumo de energía eléctrica representó el 25% del consumo total de energía comercial y en 1976 esa cifra era del orden del 35%6. Parte de la energía generada se pierde inevitablemente en el pro– ceso de su transmisión y distribución. Tales pérdidas crecen rápida– mente con la sobrecarga de las líneas, hecho que sucedía con frecuencia en los años 50 y parte de los 60. El porcentaje de pérdidas registrado en esos años en el servicio público era, en promedio para la región, cercanoaJ 20%, cifra que en 1976 se había logrado rebajar a poco más del 14%. Las cifras correspondientes al total (servicio público y autoproductores) fueron respectivamente 14,6 y 13,8%. (Cuadro 8). Deducidas las pérdidas, el resto de la energía generada en 1976 se consumía aproximadamente en un 50% en el sector industrial y minero, y en un 30% en el sector residencial-comercial. La calidad de los servicios públicos en el sector urbano ha mejorado considerablemente desde los años 50. Ello se traduce en la actualidad en la ausencia de cortes y racionamientos tan comunes en esos años. El desarrollo, en general adecuado, de la capacidad instalada en ellos ha permitido servir con energía eléctrica a un elevado porcentaje de la población urbana a la vez que a un amplio sector industrial y minero, minimizando cada vez más al sector autoproductor que en general no es económico. No ocurre lo mismo en el sector rural donde los programas para su electrificación recién comenzaron, en términos generales, hacia los años 60. El elevado costo que significa llevar la electricidad al campo ha sido un permanente obstáculo a la electri· ficación rural y si bien se han realizado avances en esta materia, ellos distan todavía de ser satisfactorios. ii) Capacidad instalada. Las mayores capacidades de generación de energía eléctrica en América Latinit se encuentran ubicadas en Argentina, Brasil, Colombia y México. (Cuadro 9). Ello resulta lógico si se considera que hasta 1976 no había en la región transferencias internacionales importantes de energía eléctrica y en consecuencia las mayores capacidades debían 'Parte importante del consumo de combustibles fósiles se lo ha,ce con fines de producir energía eléctrica. 76
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