Desarrollo energético en América Latina y la economía mundial

Sergio Alvarado I ALTERNATIVAS ENERGÉTICAS NO CONVENCIONALES 200 W 1m2 en zonas bien dotadas del recurso) . Ello obliga a recurrir a enormes instalaciones de captación, lo cual tiene una repercusión económica importante. Grosso modo, en la estructura de la inversión, la captación representa el orden del 50%. Otra forma de aumentar la densidad energética, para no recurrir a campos colectores demasiado extensos, es utilizar concentradores (p. ej. cilindro-parabólicos o paraboloides de revolución) . Los sistemas de colectores concentradores son de mayor costo, requieren una gran exactitud óptica y, por el hecho de aprovechar sólo la radiación direc– ta, complejos dispositivos de seguimiento. Los colectores planos, en cambio, utilizan tanto ta radiación directa como la difusa y por consi– guiente se colocan en una posición fija. La segunda restricción sería que tiene la energía solar es su carácter aleatorio e intermitente. Para salvar este inconveniente se debe hacer una de dos cos:as o ambas a la vez: almacenar energía o recurrir a fuentes auxiliares de energía. Esto nuevamente incide en un encare– cimiento del sistema solar. La tercera restricción es el escaso desarrollo tecnológico que se ha alcanzado en algunas aplicaciones y la falta de experiencia de opera. ción en otras. Por ejemplo, es evidente que ninguna empresa eléctrica estaría dispuesta, hoy día, a montar una planta sotar de potencia, ya que recién se están construyendo algunas centrales solares pequeñas (en Estados Unidos una de 10.000 KW y en Francia una de 3.000 KW). Respecto de la magnitud del recurso, es inneces¡ario destacar que se trata de un recurso muy considerable. El problema no está en su magnitud física sino en el costo de su aprovechamiento. Por otra parte, es interesante anotar la circunstancia de que gran parte de los países en desarrollo están bastante bien dotados de energía solar. En nuestro país las condiciones son especialmente favorables entre los 18 y 35% de latitud. Hemos estimado que la potencia técnica· mente recuperable (a un costo que no conocemos) es del orden de los 150.000 MW. En el plano económico puede afirmarse, en general, que los siste. mas solares no son competitivos con los sistemas convencionales, salvo algunas aplicaciones (p. ej. de tipo habitacional: calentamiento de agua y calefacción) . Pero también existen evidencias que muestran una tendencia decre– ciente en los costos. Tal ha sido el caso, por ejemplo, de los dispositivos de conversión directa (células fotovoltaicas), cuya disminución de 153

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