Desarrollo energético en América Latina y la economía mundial
DESARROLLO ENERGÉTICO EN AMÉRICA LATINA y LA ECONOMfA MUNDIAL rio aislar la larva que hace el daño, buscar una forma aceptable eco. lógicamente de eliminarla en alguna etapa de su ciclo y luego elaborar una fórmula técnica que le permita al afectado solucionar su problema concreto. Este ejemplo, fácil de comprender, es sin embargo muy primi– tivo y puntual. En una sociedad en desarrollo la naturaleza de los problemas generados en los sectores energéticos, industrial o minero son a veces de mucho mayor envergadura y requieren de organiza– ciones complejas para ser abordados. Es posible incluso que para la solución de un problema dado sea necesario un esfuerzo importante en investigación básica. Abordar y solucionar estos problemas local– mente es fundamental para el robustecimiento y orientación de la actividad misma de investigación y desarrollo. De esto depende el que esta actividad adquiera su relevancia en el desarrollo tecnológico, y no pierda contacto con la realidad. Lamentablemente, cuando estos problemas se presentan, la tendencia de los ejecutivos es la de buscar la: solución en los catálogos o en empresas consultoras extranjeras. Esto ocurre cuando la ciencia está aislada en la Universidad o la nación no ha logrado formar y conservar equipos locales capaces de proponer soluciones competitivas con la solución extranjera. Curiosa. mente, en otros campos como la economía y la medicina se tiene más confianza en la capacidad local y los problemas generalmente se resuelven internamente. La eficiencia con que una nación sea capaz de abordar la gestión tecnológica en toda su dimensión de evaluación de alternativas, inves– tigación y desarrollo, implementación y renovación de la solución local, depende, como se dijo más arriba, fundamentalmente de sus recursos humanos. En esto no puede haber engaño: la calidad de la gestión tecnológica es un reflejo de la calidad de quienes la han gene– rado. Y esta calidad es a su vez reflejo de los establecimientos de educación superior y de las oportunidades y la remuneración que el investigador o técnico competente encuentre en la sociedad. En países donde no existe la adecuada tradición en gestión tecnológica, el Estado debe intervenir para incentivar su desarrollo a través de la entrega de mayores recursos a las universidades para la docencia e investigación básica y de la implementación de mecanismos de estí– mulo que dinamicen la actividad de investigación aplicada y desa– rrollo tanto dentro como fuera de la universidad. Para que esta acción del Estado tenga éxito ella debe, a nuestro juicio, ceñirse a siete principios básicos aunque parezcan obvios no siempre son tomados en cuenta :y que pasamos a enumerar a conti– nuación: 140
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