Desarrollo energético en América Latina y la economía mundial
DESARROLLO ENERGÉTICO EN AMÉRICA LATINA y LA ECONOMÍA MUNDIAL LAS ASOCIACIONES DE PRODUCTORES Y EL NACIONALISMO EC'ONOMICO DEL TERCER MUNDO. Al analizar el tema de los recursos energéticos a nivel mundial se debe considerar no sólo el problema de la escasez física de recursos sino, además, la escasez artificial que puede resultar de manejos políticos o socieconómÍcos por parte de los productores como en el caso del embargo petrolero de la OPAEP en 1973. El boicot petrolero tuvo como trasfondo histórico un creciente "nacionalismo económico" por parte de países del Tercer Mundo ricos en materias primas. Este nacionalismo se ha caracterizado, entre otras cosas, por la idea de lograr un control soberano sobre los recursos naturales existentes en el país subdesarrollado en cuestión. En conse– cuencia, se han producido expropiaciones y disputas sobre inversión extranjera en el sector minero, muy especialmente en América Latina. Según datos de la Oficina del ContraJor General de Estados Unidos, de las principales nacionalizaciones de industrias norteamericanas en el área de recursos mineros del Tercer Mundo, entre 1961 y 1975, un 45% tuvo lugar en América Latina, un 29% en Africa, un 14% en el Medio Oriente, y un 12% en Asia. Países desarrollados como Canadá y Australia también han exhi– bido muestras de "nacionalismo económico". Ambos países son miem– bros u observadores en diversas asociaciones de productores, y persi– guen objetivos como: lograr mejores precios para sus materias primas; controlar la explotación, elaboración y comercialización de sus recuro sos, :y preservar sus riquezas naturales para su propio desarrollo econÓ. mico futuro. De ahí, por ejemplo, que Estados Unidos denunció, en 1977, el establecimiento de un cartel informal de productores de uranio -con Francia, Canadá y Australia entre ellos- dedicado a subir el precio del mineral estratégico (el que efectivamente ascendió de us$ 6 la libra en 1972 a us$ 40 la libra en 1976). El éxito de la OPEP, en términos de mejorar el precio del hidro– carburo, tuvo un efecto de demostración bastante claro en los países subdesarrollados exportadores de minerales. Al respecto cabría desta– car, eso sí, que hay dos opiniones distintas: 1 9) la de quienes sostienen que el petróleo y la OPEP constituyen un caso único o extraordinario, y 2 9) la de quienes piensan que la amenaza de otros OPEP es bastante real, especialmente si se considera el nacionalismo económico del Tercer Mundo. En todo caso, lo concreto es que las acciones de la OPEP sirvieron de modelo a otros países subdesarrollados y facilitaron el establecimiento de nuevas asociaciones de productores (Ver cuadro). 130
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