Desarrollo energético en América Latina y la economía mundial

DESARROLLO ENERGÉTICO EN AMÉRICA LATINA y LA ECONOMÍA MUNDIAL podía compensar la escasez eventual de recursos. En otras palabras, se reiteraba la noción que las materias primas sólo pueden definirse en términos de la tecnología existente. En el debate entonces se enfrentaban, por un lado, los catastrofistas que pronosticaban la exhaustibilidad de los recursos minerales en un plazo relativamente cercano y, por otro, los optimistas y fieles creyentes en la tecnología como la solución de prácticamente todos los males del mundo actual. Aparentemente, los recursos no se agotarán tan fácilmente ya que el avance tecnológico puede permitir la creación de substitutos o reciclaje a niveles económicos pero, al mismo tiempo, hay que reconocer que vivimos en un mundo finito y que ciertas tendencias reflejan problemas importantes en cuanto a disponibilidad de recursos no-renovables. Por ejemplo, tres estudios recientes sobre el futuro del petróleo -uno de la CIA, el otro de la OCDE, y un último del Taller sobre EstI'ategias Alternativas de Energía de EE. UU.- llega. ron a predicciones negativas sobre la disponibilidad futura del petró– leo, afirmando que, si las políticas actuales se mantienen, se pI'odu– cirán severas estrecheces en el mercado del petróleo hacia mediados de la década del 80. Este panmama incierto sugiere que el problema de la energía no es sólo una cuestión de precios. Otra dimensión importante del problema energético es el impacto negativo en el medio ambiente del desarrollo industrial en base a combustibles fósiles. La explotación, transporte y uso del petróleo, gas y carbón plantea, por ejemplo, problemas de remoción de grandes cantidades de tierra, con las consiguientes alteraciones del paisaje, contaminación oceánica por derrames, contaminación atmosférica, etc. A veces hay costos sociales directos, como en el caso de una industria de Alemania Federal, que basándose en la ley del carbón de 1950, ha expulsado de sus viviendas a más de 18.000 personas para extraer el caI'bón existente en una área de 500 millas cuadradas en Colonia. Respecto a la alternativa nuclear existe preocupación -preocupa– ción que .se ha acrecentado por el accidente de Three Mile Island– acerca de la seguridad de las plantas nucleares y sobre los efectos de los desechos nucleares. Las dudas sobre la energía nuclear ha moti– vado la oposición de diversos grupos:y expertos -incluyendo al conno– tado físico ABen Hammond- que cuestionan el estilo nuclear de desarrollo energético que es altamente intensivo en cuanto a capital, y potencialmente dañino al medio ambiente. En países como Alemania Federal, las protestas antinucleares contribuyeron a la cancelación temporal del programa de construcción de plantas nucleares comen– zado en 1975. Dicho programa, implementado como respuesta al J2S

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