Panorama de la política mundial

Víctor Niemeya Ir. I i.l..os ESTADOS UNIDOS FRENTE A SU TERCER SIGLO gresales pueden -y efectivamente practican- la acerbidad en debates y, sin embargo, almuerzan juntos. Nuestro récord como una sociedad civilizada, al compararla con las atrocidades de la Unión Soviética y otros países, es uno de los cuales podemos sentir un justificado orgullo. "América sigue siendo la esperanza del mundo", como manifestó el Se– cretario Kissinger, "no sólo por nuestros recursos físicos y poderío mi– litar, sino debido a la creatividad de nuestro pueblo, la vitalidad de nuestras instituciones y los ideales de nuestra naciÓn"l. Cómo la úni– ca superpotencia militar del mundo no-comunista, los Estados Uni– dos, con unos 200.000 soldados en Europa y un vasto arsenal de ar– mas nucleares, es el factor dave militar y psicológico en la relación del poderío oriental-occidental. El poderío económico norteamerica– no, con unos 150 billones de dólares en ,haberes foráneos tan sólo, es casi increíble, y el dólar sigue siendo la única moneda mundial que puede sustentar el comercio exterior. Empresas multinacionales, la ma– yoría de ellas norteamericanas, continúan ejerciendo un fuerte poder económico y finandero a través de muchos países del mundo. El po– dedo cultural norteamericano, otrora dominado por artistas extranje– ros, es ahora autóctono y su influencia sobre las artes, el teatro y las publicaciones tiene enverga<lura mundial. Pese al revés sufrido en Vietnam, 10 que no fue una derrota para los Estados Unidos sino pa– ra su causa, el ¡pilar de la política exterior norteamericana -nuestra sociedad con nuestros aliados principales en la comunidad del Atlán– tico y con ]apón-, una política que tuvo su comienzo hace treinta años como medio de seguridad colectiva contra la agresión y también de cooperación para promover la recuperación económica después de la Segunda Guerra Mundial sigue incólume. Estados Unidos, con 167 millones de acres bajo cultivo, sigue siendo el productor de grano más importante y el país de mayor volumen de exportaciones. La inven– tiva tecnológica norteamerícana en la ciencia y la industria y el pro· greso en desarrollar instituciones que redundan en beneficio de la mente y cuerpo humanos continúan a un alto nivel. La educación norteamericana continúa siendo innovadora, abierta para todos y al– tamente valorada. Es interesante notar que pese a las muchas críticas d'e políticas norteamericanas a través del mundo, los estudiantes ex– tranjeros siguen prefiriendo Estados Unidos como el país en que de– sean proseguir sus estu:lios. En 1960 había aproximadamente 50.000 estudiantes extranjeros en Jos Estados Unidos; y en 1975 había 220.000. En contraste, la Unión Soviética tuvo solamente 17.500 estu- 1 Henry A. Kissinger, "Constancy and Stl'ength in U. S. Foreign Poliey".

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