Panorama de la política mundial

Frullci$CO 01'7'lfgo V. ¡ DEL ENHU:N'fAMIEN'CO A LA Dl$TENSIÓN lNTER¡"AClONAL: ... el problema del armamentismo, se podrá observar que la limitación de armamentos ha sido precaria y que en ningún caso ha llegado a <lbarcar satisfactoriamente el problema clave del control ni a preve– nir el desequ,ihbrio o volumen de gastos involucrados. Pero, como ie verá, este aspecto está a su vez ligado al factor contención que tam– bién está implícito en el proceso ;ele la distensión. . Todo lo anterior explica el ajuste parcial con el adversario que ha tenido lugar, pero no explica de qué man:era ello se traduce en un mejoramiento de las respectivas posiciones nacionales. Respecto de esto último, dos SOn los factores que deben traerse a consideración. El primero es que ante la nueva realidad internacional multipolar. a ninguna de las superpotencias convenfa el esquema de la post– guerra y se hacía necesario cambiarlo. lográndose de esta manera la incorporación de polos aliados que s(; traducen eh una mejor po– sición nacional. El segundo factor es el de la necesidad de preservar el statu quo" con lo cual ambas superpotencias mejoran y consolidan su posición nacional en relación al resto de la comunidad interna– cional, o, por lo muy menos, impiden que dicha posición nacional pueda deteriorarse• •EI segum:io parámetro que se indicó es el de la comprensión por los protagonistas de los límites políticos y económicos de su poder mundial, aspecto que está Íntimamente ligado al anterior. Como se ha visto, esta comprensión es relativamente clara en el caso de los Estados Unidos, quizás no tanto en función de su poderío económico y militar, como en función de su poderío político, que en la experien– cia de Vietnam demostró ser limitado. El esquema pentagonal, la doctrina de IGuam, el reconocimiento parcial de zonas de influencía y las eventuales manifestaciones de aislacionismo son demostrativas de esta situación. !De esta manera, Estados Unidos explícitamente re– conoce que no puede mantener por su sola fuerza todo un esquema mundial. Respecto ,de lru Unión Soviética, sus características de infalibilidad y mesianismo la hacen aparecer como un país que no reconocería ta– les limites. Si bien es cierto que en ningún caso el reconocimiento de sus límites es tan explícito como en Estados Unidos, no es me– nos cierto que tales límites existen, ya sea que la URSS los admita o no. Desde luego, su paso a un esquema' relativamente universal ha sido cauteloso, pues ha explorado en cada oportunidad la fiactibilidad de penetrar en nuevos ámbitos. Sin embargo, lo más importante es que tanto Occidente como Chi· !JI

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