Panorama de la política mundial

Federico Marull B. I LA EVOLUCIÓ~ POLÍTICA DE AFRlCA DESPUÉS DE ANGOLA recibió los 2/3, y Mauritania que se adjudicó el resto. (Tratado del 14 de abril de 1976). La gran problemática sigue siendo la situación de Rhodesia del Sur, en cada vez más insostenible situación, pues la "détente" en Afri– ca Austral ha significado una disminución de la ayuda que le prestaba la igualmente segregacionista Sudáfrica, recibiendo por el contrario los guerrilleros zimbawes considerable apoyo moral y estratégico de los principales países gobernados por negros. ,Los intentos de encontrar ¡lllla salida honrosa, mediante gradual retiro de los blancos de Rhodesia no han encontrado .acogida ni en los dirigentes zimbawes de los líderes Abel Muzorffi\"a y Nd'abadingue Sithole ni en los países vecinos de Botswana, Mozambique, Zambia y Angola. .Por otra parte, a pesar de cierto grado de liberÍlación, producto de la distensión que han adoptado los gobiernos de hn Smith y de John Vorster, respectivamente. Sin embargo, la política denominada co– mo Apartheid sigue configurando un problema candente y una ver– dadera bomba de tiempo para el futuro tanto de Rhodesia como de la nación sudafricana. En Sudáfrica la palabra Apartheid ha sido definida como "desarrollo separado" de los negros, apartados de los blancos, mediante el establecimiento gradual de los bantúes en once "Bantustans", zonas territoriales exclusivas, verdaderas "reducciones" para la población cafre o bantú (Ver mapa adjunto). El fallecido Ipr. J. G. Strijdom, 'Primer Ministro hasta 1958, fue men.os sutil al definir el Alpartheid. Sefialó al respecto: "Llámeselo supremacía, pa– tronazgo, o como se quier.a, lo mismo es dominación. Lo digo sin nin– gún miramiento y no trato· de excusarlo. O el blanco mantiene su do– minación o el negro establecerá la suya". El primer honeland o ban· thustan en acción es el Transkei, de reciente independencia (Octubre 1976). Estos son los grandes interrogantes del Africa contemporánea, que en relación al Africa Austral no tiene otra salida a mediano o corto ;plazo, que la derrota y retiro consiguiente de aquellos europeos que, por razones de supervivencia, han negado derechos políticos y civi– les 'a la inmensa mayoría de la población. Algunas cifras dimensionan esta increíble desproporción entre Ilos grupos étnicos. En la República Sudafricana de una población de 24 millones, solamente cuatro mi– llones son blancos, boers (descendientes de los antiguos colonos ho– landeses) e ingleses. El resto "coloured people" veinte millones, que carece de derechos políticos y está sometido a un trato discriminato– rio legal, está compuesto por 16 millones de bantúes, aparte de :2I 9

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=