Panorama de la política mundial

Fernando ,Monckebe)<g B. I 'LA REVOLUCIÓN CIEl\TÍFICA y TÉCNICA Y LA••• le. El incremento de las expectativas removió asimismo las bases del capitalismo manchesteriano, obligánd.olo a mejorar la distribución y participación de los bienes. Antes la situación era muy diferente }' explicable; se elaboraba un dogma o filosofía a que se trataba de ajustar las estructuras, porque el despertar d~ la revolución indus– trial a fines del siglo pasado llevó las desigualdades sociales a extre– mos intolerables. Hoy el problema se ha trastrocado y las estructuras y los sistemas políticos tienen que ser dinámicos y acomodarse a la nueva realidad, que procura multiplicación rápida de las aplicaciones técnicas que conducen a un bienestar. Si uno quiere ser realista, ya nQ interesan los dogmas políticos y necesariamente deben buscarse sólo aquellas estructuras que permitan un rápido esparcimiento de la creación ciendfica y a su vez la más rápida aplicación técnica. Nuestro país vivió una dura experiencia comprobando cómo los dogmas atentan contra las posibilidades de desarrollo y ojalá q'Ue hayamos sacado las conclusiones correctas. La búsqueda de las estructuras más apro– piadas la tendrán que realizar los políticos y los expertos, depen– diendo del grado de desarrollo y condiciones de cada sociedad. Evi– dentemente el Estado omnipotente, rígido y autocrático no conforma el motor más adecuado. Nunca el Estado podrá ser igual a la suma de las capacidades indIviduales. La experiencia demuestra que si no fue el método más expedito al principio de la revolución tecnológica, lo es con menos probabilidades hoy en la vorágine de aplicaciones que acrecientan las expectativas de mejores días. Si bien es cierto que al comienzo de la revolución tecnológica el sistema capitalista ·liberal manchesteriano fue más eficiente, no significa que ahora sea el más apropiado. Un sistema capitalista como ése no sería hoy día tolerable y probablemente no cumpliría los objetivos ni aun a largo plazo, ya que significaría concentrar las riquezas en pocas manos, .marginando a sectores cada vez más importantes. El perfecciona– miento de la comunicación no hace tolerables las desigualdades ex– tremas ni las injusticias. Soy Uúre de prejuicios. Los odio a todos. W. C. Field$

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