Panorama de la política mundial

Osear Pinocllli't de la B. I LAS RELACIONES INTERNACIONALES DE JAPÓN Japón es un país montañoso no especialmente apto para la agri– cultura, ya que sólo el 15,6% del área total, o sea, 5,8 millones de hectáreas, es cultivable. La fiucrza del trabajo es en un 60% feme– nina, la mecanización total y el uso de los abonos indispensables. Los pequeños propietarios están agrupados en cooperativas. La producción de arroz fue en 1972 de 12 millones de toneladas, y su rendimiento por hectárea el mayor del mundo. También es im– portante el cultivo del té, del poroto de soya, papas, frutas, legum– bres, verduras y flores. El té se cultiva en 36.000 hectáreas, y pro– duce, en sus diversas variedades, no menos ele 100.000 toneladas anuales. La ganadería es d'e gran calidad y se tiene a los animales en es– tablos, salvo en la extensa isla norteña de Hokkaido, gran pro– ductora de carne y leche. Es famosa la carne de Kobe, donde los bovinos son alimentados con levadura de cerveza y sometidos a dia– rios masajes. El kilo de filete valía 25 dólares en 1974. ,La agricultura exporta todo el año melones, fresas, uva de mesa, caquis, tallos de bambú, flores, ete., y es habitual ver en los cam– pos invernaderos y protecciones (l'e plástico. Sólo en semi1las y bul– bos de flores Japón exporta más de 50 millones de dólares al año. El gusano de seda proporciona, por último, una clase de actividad de exportación de enorme valor, existiendo en ese país clima apro– piado y una alta calidad técnica de la mano de obra. El ingreso anual de las familias campesinas ha superado al de las familias urbanas, y es corriente ver en el aeropuerto de Tokio los grupos de agricultores que' parten a otros países en giras turísticas. Un problema ha surgido, y es el cambio de alimentación del ja– ponés, quien, influenciado por las costumbres extranjeras, cons'Ume hoy menos arroz y más azúcar, verduras, frutas, aceites y grasas. De ahí que anualmente -quede un remanente de arroz sin consumir y que el gobierno compre la producción a un precio más alto que el in– tevllIacÍonal para mantener esta fundamental rama de la producción agrícola. , Como un índice de que el japonés está abandonando su fruga– lida·cf tradicional debe anotarse que en 1972, de un total de 23.471 millones de dólares en importaciones, 3.433 millones se gastaron en productos alimenticios: maíz, soya, trigo, azúcar, productos tropica– 'les, carne, cacao, café, etc. En cuanto a la pesca, es de sobra conocida la importancia que tiene para este país, ocupando el segundo lugar del mundo, des– pués del Perú, con 9.800.000 tóneladas métricas (1971). Sus pesca"-

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