Panorama de la política mundial

Osear Pinoehet de la B. I LAS RELACIONES INTERNACIONALES DE JAPÓN laciones con el de Japón, aunque continuó el intercambio comer– cial y las cuantiosas inversiones japonesas. La sorpresiva decisión de Tanaka provocó críticas en su propio' partido, unido económicamente a Taiwán. Luego, el fracaso de la imaginativa, pero mal llevada iniciativa del Primer Ministro, lla– mada "remodelación del Japón", tendiente al traslado paulatino de _ industrias hacia el interior de la ¡poblada costa, que va de Tokio a Osaka, fue índice de difíciles días para su gobierno. A fines de n(j– viembre de 1974, luego que el diario Bungei Shunju reveló especu– laciones y negocios de Tanaka, se hizo imposible la continuación del Primer IMinistro y tuvo que renunciar. La reanudación de relaciones con la República Popular China no se ha mostrado a la altura de las expectativas que en ella se habían cifrado. La lentitud de la normalización indica la profun– didad que ,había alcanzado la enemistad durante los últimos año9. El mayor logro ha sido, sin duda, el reciente acuerdo aéreo que da a China una salida hacia Estados Unidos por Tokio y Japón apro– vechar esta verdadera "línea de OTO" Tokio-Pekín. La República Popular China ya no ofrece las posibilidades COmer– ciales de pre-guerra, que Japón recordaba con nostalgia. Otros des– tacados japoneses, como Kiichi Aichi, veían también la posibilidadi de desarrollar económicamente a ese país, y así tranquilizar social– mente a un potencial enemigo. En 1969 escribió 4 : "Creo que si el ingreso per cá:pita de China Comunista pasa de los 200 dólares por año, la manera de pensar de los chinos experimentaría un cambio considerable y no estarían más influenciados sólo por las Citas del 'Presidente Mao". C. RELACIONES CON LA UNIÓN SOVIÉTICA Desde que los primeros colonizadores rusos, atravesando Siberia, se asomaron al Pacifico, se encontraron necesariamente con el Japón y chocaron con el avance de este último país hacia el continente, por Manchuria y ¡Corea. La guerra de 1904-1905, ganada por los japoneses, les permitió la devolución por el gobierno del Zar del sur de la enorme isla Sa– jalín, que Japón había cedido a Rusia en 1875 para recuperar las islas Kuriles, puente natural entre Hokkaido y la península de Kam– chatka. Fue el tratado de Portsmouth, de Septiembre de 1905. • Revista Bunger Shunja, Mayo 1969. I49

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