Panorama de la política mundial

Joaqu{n Fermandois H. I POLÍTICA EUROPEA: EL DILEMA DEL COMUNISMO,... empezó a fallar. iDesconfió el pcp de los intentos de "democracia di– recta" del grupo de Saraivo de Carvalho, de inspiración castrista, lo que seguramente no entraba en la estrategia de la URSS, de quien el secretario general Cunhal es un ferviente e incondicional seguidor. Comenzó a' presentarse 'Una resistencia en el seno del MFA, y luego cundió una rebelión popular encabezada por la Iglesia Católica, gru– pos inmigrantes del Africa, grupos políticos de centro-derecha y, sobre todo, por el PS de Mario Soares, el cual tomó 'Una decisión tan importante en lo simbólico, como la de Kurt Schumaoher en la po<¡t– guerra en Alemania. Hasta ,donde se puede decir, la intentona mar– xista ha terminado en un fracaso en Portugal, probándose que el poder político es una realidad compleja que no basta manejarlo con los métodos de la conspiración, y que el socialismo, como tal, no puede reconocerse a una tradición leninista 21 • !Bastante :publicidad ha recibido en estos días el fracaso soviético por lograr uniformidad en la última conferencia de los pe de Euro– pa, a fines de Junio en Berlín Oriental. Berlinguer manifestó que era una pérdida de tiempo y Marohais cuestionó su realización 22 • La URSS debió reconocer la existencia de diferentes vías para la implan– tación del "socialismo:' y el derecho a las decisiones soberanas de cada partido. Berlinguer afirmó que "los modelos de sociedad socia– lista seguidos en Europa Oriental no corresponden a las condicio– nes peculiares y orientaciones de las grandes masas populares de Oc– cidente"23. A partir de estos elementos, el problema de la relación del comu– nismo con la sociedad abierta hay q'Ue separarlo en dos problemas diversos: 1. La independencia frente a la URSS, salvo excepciones, es un he– cho altamente seguro. Se ha constituido en esferas de poder autó– nomas que se agrupan en síntesis que obedecen a tradiciones que 21 El representante del psp ante el último Congreso de la Internacional Socia– lista en EIsinor, en enero de 1976, Manuel Alegre, se expresaba significativamente: "Se ensayó int'roducir en la revolución portuguesa otra revolución que no era ni portuguesa ni democrática ni original, sino una simple copia del modelo le– ninista, inspirada y controlada por el Partido Comunista... El Partido Socia– lista se orienta a la libertad en sus opciones fundamentales, y quiere actuar en el cuadro de una democracia política, mientras que el proyecto leninista-stali·' nista es un proyecto de vocación totalitaria". CHado por Gustavo Lagos, art. cit-, p. 137. ." "El Mercurio", 2-7-1976, p. 10. ro "Time", 12-7-1976. I33

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