Panorama de la política mundial

Joaquín Fermandois H. / POLÍTICA J':UROPEA: EL DILEillA DEL COMUNISMO,... la diplomacia, por m{IS que una emergencia revolucionaria aparezca como improbable. Es a esta Europ:a a la que se refiere el título de la presente pre– sen tadón, un determinado ti po de sociedad en una determinada constelación circunstancial. Por democracia habr!" que rntender la disposición del poder político en la sociedad europea, tal como se ha planteado como ideal -y hasta cierto punto en la práctica- en la mod'erna historia europea. Es un concepto amplio -y, por lo tan– to, confuso-, pero no arbitrario, y existe una' tendencia a ]a de· mocracia que viene en cierta línea desde Grecia hasta nuestros días. Nos excusamos por dejar de lado el autoritarismo, ya que no posee, en estos momentos, una gravitación de primerísima importancia en la escena europea. Nos quedaría por aclarar el término totalitarismo, cosa que debe haber quedado establecida cuando hablamos de ideologías totalita– rias, que se expresan en un partido político de tal carácter, para alcanzar y disponer del poder, pero que no son red·uctibles a la so– ciedad abierta. El fascismo constituyó, indudablemente, un fenómeno totalitario. ¡Pero tras la Segunda Guerra Mundial desapareció de la escena eu– ropea -y, pdcticamente, mundial-, salvo pequeños restos que no a.Jcanzan a constituir un fenómeno epocal, como en la época de entre– guerras. El marxismo, por su enraizamiento en el mundo moderno, se :presenta como el gran fenómeno totalitario. Una de sus manifesta– ciones más exitosas -entre otras- está constituida por los partirlos comunistas (pe). Su gravitación presente en las sociedades europeas ha concitado gran interés por las perspectivas en política interna y externa que su acción pueda ofrecer. Por lo tanto, nuestro análisis se concentrará, ahora, 'a señalar los rasgos fundamentales de los partidos comunistas europeos en los años 70, y a su repercusión actual o potencial en la política inter– nacional. Los pe constituyen una de las ramas políticas del marxismo, en– tendido ¡primordialmente no como pensamiento de Marx, sino como ideología, y que está decisivamente impregnado del leninismo, si bien no son los únicos herederos del "partido de nuevo tipo". Su autoevidencÍaóón, autointcl:pretación fundamental consiste en la de la "vangu'ardia": ellos son el germen de la futm::a socied:ad en la sociedad presente, condenada a desaparecer, y representan la media– ción para acceder a la sociedad comunista final. De allí que para 12 3

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